23 septiembre 2008

Editorial

Dice un viejo adagio de judíos: “No importa si eres barrendero, comerciante o banquero; lo que realmente importa es que seas el mejor de ellos”. Nada más cierto y fundamentado en una ley muy sencilla. Lo que sea que hagas tienes que hacerlo no sólo bien, sino buscando la excelencia. Cliché; pero real.

Conocemos muy buenos barrenderos, algunos de los cuales bien pudieran ser los mejores de entre el gremio. Sin embargo, hay que tener en claro que nadie nace dominando a la perfección un tema o una materia. Decía Werner Heisenberg: “Para mucha gente, un experto es alguien que sabe mucho acerca de su tema específico. Pero a esto yo objetaría que nadie puede saber mucho acerca de ningún tema. Yo preferiría dar la siguiente definición: un experto es alguien que conoce cuáles son los peores errores que pueden cometerse en el tema de su especialidad, y que sabe cómo evitarlos”. Partiendo de esta idea, la excelencia sería el resultado de un trabajo donde se evitan todos los errores antes cometidos. Desde luego esto se puede lograr, sólo hay un pequeño requisito: empezar desde cero e ir creciendo poco a poco, sin grandes saltos ni atajos y teniendo la precaución de cometer los suficientes errores que nos permitan perfeccionar la técnica.

De esto sí nos sentimos orgullosos. A poco de cumplir dos años de vida, hemos dado pocos y pequeños pasos pero muy seguros. El crecimiento ha sido lento, pero es un crecimiento que no conoce el retroceso, que nos hace sentir que llevamos la dirección correcta y produce una sensación de confianza en el trabajo realizado y por realizar.
Hoy tenemos el gusto de participarte, apreciado lector, que Meretrices ha extendido la marca geográfica de sus fronteras y ahora se distribuye de manera constante y oficial en el municipio de Ocotlán, Jalisco. El propósito inicial de hermanar la actividad cultural y artística de nuestros municipios ahora se encuentra más nutrido. Es un paso pequeño pero que nos llena de júbilo. Ahora podremos saber de manera más vigente lo que sucede en Ocotlán en materia cultural, así como allá podrán tener luz de lo que se realiza en este fragmento de la ribera de Chapala. Estaremos enterados, hermanados, participando por un bien común: el fomento a la cultura y las bellas artes.

Ningún esfuerzo es pequeño cuando se trata de alcanzar los objetivos auto-impuestos. Desde luego reconocemos que este paso se debe al apoyo que nos han brindado y la creencia ciega que algunos tuvieron y aún tienen por este proyecto que empezó en un esbozo y que ahora se encuentra en la plena etapa del crecimiento.
No sabemos hacia dónde vamos; sabemos lo que hacemos y con qué motivos y eso es suficiente. Por ahora queremos contagiarlos del gusto de esta nueva etapa de Meretrices y aprovechamos para extenderles a todos la invitación a participar de ella.
Les damos la bienvenida a nuestros hermanos de Ocotlán y agradecemos la manera en que nos han abierto las puertas.

21 septiembre 2008

Un Empuje Vertical


Cuenta el arquitecto romano Vitruvio que en alguna vez Hierón II, rey de Siracusa, entregó a un orfebre una determinada cantidad de oro puro para que éste elaborara una corona. El artesano llevó a cabo la tarea y entregó un trabajo que fue celebrado por su calidad artística. Pero Hierón desconfiaba de la honradez de aquel hombre y algo le decía que no había utilizado todo el oro que se le entregó, así que asistió con el único hombre que podía responderle la cuestión: Arquímides.
Arquímides (287-212 a. C.) gozaba de mucho prestigio como científico, filósofo y matemático, así que le resultaría fácil resolver si se había utilizado todo el oro o no. Le entregó la corona y le indicó que no la dañara. El sabio griego pasó varios días pensando en la manera de encontrar la solución y probó varias alternativas sin tener éxito. En una ocasión, tras algunas semanas, decidió tomar un baño de tina. Al sumergirse en el depósito de agua se percató de que ésta subía de nivel tirando algo de agua. Advirtió que el agua derramada podía tener similitud con la densidad de su cuerpo. Así que pensó que en el caso de los objetos que no flotan, el volumen de agua desplazado corresponde a la densidad del objeto que se introduce en ella. Entonces salió de la tina y, corriendo desnudo por las calles de Siracusa gritaba ¡Eureka! ¡Eureka!, expresión que significa “lo he encontrado” en griego y que hoy es una de las palabras más importantes en el desarrollo de la ciencia.
El paso siguiente fue realizar su experimento. Consiguió la misma cantidad de oro que el rey le había entregado al artesano, lo sumergió en un recipiente con agua y marco el punto hasta donde subía el nivel del líquido. Después repitió el procedimiento con la misma cantidad de agua sólo que esta vez utilizó la corona. Entonces halló que el agua no alcanzaba el mismo nivel que en el caso anterior. La corona y el metal puro tenían una masa distinta porque la primera no era de oro puro. Como el volumen era igual, la única explicación era que tenían distintas masas; es decir, que la corona NO era de oro puro. El orfebre confesó que había quitado oro y agregado la misma cantidad de plata. No se sabe qué suerte corrió.
El principio de Arquímides es una importante ley de la física según la cual un cuerpo sumergido en un fluido estático experimenta un empuje vertical igual al peso del fluido que desaloja. Pero más importante se considera como el primer científico en usar cabalmente el método experimental científico.
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También se dice que Arquímedes dedicaba todo su tiempo a investigar (es decir, todo su tiempo)... y que le molestaba perder tiempo en tareas banales tales como bañarse. Muchas veces sus amigos y sirvientes lo metían a la tina mientras él gritaba y se resistía; y cuando se daba por vencido y se dejaba bañar, usaba su cuerpo enjabonado como pizarrón para seguir ocupado en el problema que estaba resolviendo.
Hay otra anécdota. De Arquímedes es aquella frase: "dadme un punto de apoyo, y moveré el mundo'', refiriéndose al uso de las palanca y poleas. Su amigo, el rey Hierón, lo puso en duda. Entonces, Arquímedes para demostrarlo pidió que en un barco pusieran todo el peso posible de armamento. Entonces desde una silla, cómodamente sentado, sacó el barco cargado del mar, usando un complejo sistema de poleas. Dicen que a partir de eso, Hierón publicó un edicto según el cual, de ese día en adelante, todo lo que Arquímedes dijera sería considerado como una verdad innegable.
La muerte de Arquímedes en 212, fue mientras Siracusa estaba siendo tomada por los romanos. Arquímedes estaba resolviendo un problema en el suelo, cuando un soldado romano se acercó a él y le ordenó levantarse e irle a presentar sus respetos al general romano Marcelo. Arquímedes, evidentemente molesto porque el soldado había pisado su dibujo, le gritó: "!No arruines mis esferas!''; la reacción fue inmediata: el soldado lo mató. Marcelo, que había encargado explícitamente que no mataran a Arquímedes pues sabía de su fama de gran sabio, le realizó un funeral de honor.
El descubrimiento del que él más se sintió orgulloso fue que el volumen de cualquier esfera representa dos terceras partes del volumen de un cilindro que la circunscriba. De allí que en la lápida de su tumba se grabó el signo π y la siguiente figura: 2:3

Servando Macías Fermín

Productos Literarios de Manufactura Ribereña


Durante los últimos meses se ha visto una crecida actividad literaria en la ribera de Chapala, cosa que celebramos con la pluma en la mano. Tengo el gusto de reseñarles dos libros que comenzarán a circular en las librerías y espacios culturales de esta húmeda ribera durante el mes de Septiembre. Ambos proyectos literarios comparten el sello de esta revista cultural. Son trabajos que Meretrices ha hecho en conjunto, con un Centro Cultural en un caso, y con el autor en el otro; poesía y cuento, ambos son literatura orgullosamente ribereña. Aquí pues, unas pocas palabras sobre los libros “La Martina, El Señor Martínez, El Boticario y La Psiquiatra” de Raúl Contreras Álvarez, y “Tentativos Sonidos del Agua” del Taller literario del Centro Cultural Axixic. Espero puedan adquirirlos y así apoyar a que esto sigua sucediendo. Gracias.



Mario Z Puglisi


La Martina, El Señor Martínez, El Boticario y La Psiquiatra
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La Martina es un conjunto de relatos enlazados por un tema común: las consecuencias que tarde o temprano nos hereda, a todos, la locura.
Con un espectro complejo de personajes redondeados por su detallada psicología, nos va llevando por un entramado no sólo circular a la perfección sino, en momentos afilado por esos soplos clave, tan bien inmersos en su prosa, que nos indican cuál será el destino de los eventos y justificando la historia completa.
Raúl Contreras Álvarez tiene una formación científica y una trayectoria en este campo que se delatan en la lectura de La Martina... Su prosa su vuelve así rigurosa, atando cada cabo para que no quede lugar a débiles veracidades; inyectando esa dosis necesaria de inducción narrativa en cada personaje y en cada línea de acción, de tal modo que uno se pierde dentro del desarrollo de las historias que conforman este libro, encontrando por fin, al finalizar el texto, una ruta de escape en el placer del acto de la lectura.
La Martina, El Señor Martínez, El Boticario y La Psiquiatra es un texto pensado para ser leído de un solo bocado. Además reúne las características precisas que lo hacen propio de un amplio margen de recomendación para quienes gustamos de ese complicado género literario que es el cuento.


Tentativos Sonidos del Agua

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El trabajo que durante un año ha venido realizando el Taller de Literatura y Creación Literaria del Centro Cultural Axixic ha dado un primer fruto físico: una recopilación de poemas realizados durante una etapa del mismo y publicados bajo el nombre de Tentativos Sonidos del Agua.
Allí yace el poema buscando alcanzar las distancias que se acercan. Poemas diversos todos, todos tienen el compromiso del trabajo que en dicho taller se ha adquirido por lograr un estándar en la literatura.El libro reúne a nueve poetas entorno a la palabra sublimada y los temas que ésta suele tratar, con la única peculiaridad de reflejar todo lo vivido y compartido en el taller. Ilustrado por los maestros Jesús y Antonio López Vega, Tentativos Sonidos del Agua es un registro artesanal, de alta calidad textual y física, que nos acerca a un momento en particular del quehacer literario en Ajijic, Jalisco

El Campo que nunca lo fue
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La poesía de Robert Frost fue, durante décadas catalogada como rural y coloquialista. Considerado el poeta norteamericano más sobresaliente en la vida del campo de principios de 1900 (a pesar de haber vivido mayormente en la ciudad) legó un vasto registro poético que es evidencia de cómo la poesía no sólo es herramienta de temas superiores, sino también para describir lo cotidiano. Sin embargo a Robert Frost (1874-1963) lo persiguió la tragedia durante toda su vida: su padre murió de tuberculosis cuando él tenía 11 años, su madre murió de cáncer de pulmón quince años después, tuvo que internar a su hermana menor Jeani en un hospital psiquiátrico donde murió nueve años después; Frost siempre sufrió de depresión y ansiedad, su primer hijo Elliot murió de cólera a los ocho años de vida, su segunda hija Lesley fue la única en sobrevivirle, su tercer hijo Carol se suicidó a los 38 años, su cuarta hija Irma también fue internada en un manicomio por el propio Frost, su quinta hija Marjorie murió a los 29 de fiebre mientras daba a luz, y su última hija Elinor murió tan sólo tres días después de nacer; por último, su esposa murió de un doloroso cáncer de pecho en 1938.



La poesía de Robert Frost, a pesar de ser vivaz y con tendencias optimistas, está manchada de este profundo dolor de el poeta sufrió durante tantos años. Entre esas líneas se esconden profundas visiones pesimistas y cargadas del más humano sufrimiento. Esto ha pasado desapercibido o no se había reconocido por muchos años. Precisamente los tres poemas que leeremos tienen estas tendencias.



ELCAMINO NO ELEGIDO


Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,

Y apenado por no poder tomar los dos

Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie

Mirando uno de ellos tan lejos como pude,

Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,

Y habiendo tenido quizás la elección acertada,

Pues era tupido y requería uso;

Aunque en cuanto a lo que vi allí

Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,

¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!

Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,

Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro

De aquí a la eternidad:

Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,

Yo tomé el menos transitado,

Y eso hizo toda la diferencia.

Alto en el bosque en una noche de invierno

Me imagino de quién son estos bosques.

Pero en el pueblo su casa se encuentra;

no me verá parada en este sitio,

ante sus bosques cubiertos de nieve.

Mi pequeño caballo encuentra insólito

parar aquí, sin ninguna alquería

entre el halado lago y estos bosques,

en la noche más lóbrega del año.

Las campanillas del arnés sacuden

como si presintieran que ocurre algo…

Sólo se oye otro son: el sigiloso

paso del viento entre los copos blandos.

¡Qué bellos son los bosques, y sombríos!

Pero tengo promesas que cumplir,

y andar mucho camino sin dormir,

y andar mucho camino sin dormir.


SIEGA



En la linde del bosque no había más sonido

que el leve cuchicheo de una larga guadaña

hablando con la tierra. No sé qué le diría.



Quizás le contaba algo sobre el calor del sol,

o quizás algo acerca de aquel vasto silencio,

y por esto su voz no era más que susurro.

No le hablaba de un sueño nacido de los ocios,

ni de oro regalado por algún hada o duende:

fuera de la verdad, todo parece frágil

para el ferviente amor que alineó gavillas,

no sin dejar algunas flores (blancas orquídeas),

y asustó a una serpiente de un verde coruscante.


El sueño más hermoso que el trabajo conoce

son los hechos. Mi larga guadaña susurró,

y olvidóse del heno.




UNA VEZ, JUNTO AL PACÍFICO



Las aguas agitadas con gran fragor rompían.

Y las olas cimeras, al ver las que venían,

hacer algo querían a la costa cercana

que el mar jamás ha hecho a la tierra su hermana.

Bajas e hirsutas eran las nubes en el cielo,

como guedejas sobre unos ojos de anhelo.

Diríase, en verdad, sin poder dar razones,

que agradaba a la costa tener sus farallones,

y a éstos ser sostenidos por todo un continente.

Se acercaba una noche de tiniebla evidente,

y no sólo una noche, sino una época horrible.


Habría que aprestarse contra un furor posible,

pues vendría algo más que olas en algazara

cuando su último ¡Apáguese la luz! Dios decretara.

Javier Manuel Urrieta

21 Congreso Mundial de Rehabilitación Internacional. “Asegurando una sociedad para todos

La sensibilización legal internacional del derecho a la rehabilitación inició con un concepto basado en el tema de la salud, al evolucionar la comprensión de la discapacidad desde una perspectiva médica a una basada en derechos. El párrafo 23 de la sección de definiciones de las normas uniformes de la ONU encontraron dos razones para separar la rehabilitación en el artículo individual al dejar aparte la (re) habilitación en un artículo propio, se subraya su importancia como un derecho humano y se da mayor claridad a algo que es un tema extremadamente interdisciplinario. Es necesario que la (re) habilitación se mencione por separado y que ésta sea mencionada en cada comunicado que pueda ser relevante, además de la salud, el trabajo, la educación.

(re)habilitar se refiere a reaprender
Habilitar se refiere a: adquirir nuevas destrezas

En Human Rights Disability han hecho un consenso muy amplio sobre la discapacidad dentro del régimen de Derechos Humanos de la ONU, hacen notar la necesidad de la convención como un proyecto de visibilización que subraya los derechos y el lugar de la persona con discapacidad dentro de la sociedad. Al fin situará a la discapacidad dentro de las tendencias actuales del régimen de derechos humanos. Una parte de este proyecto es reconocer ciertos derechos y procesos de políticas que mejoran la autonomía y el auto-desarrollo de la persona con discapacidad, para estos la (re) habilitación es central al ejercicio de la autonomía individual y la maximización de la participación de la sociedad. Al incluir el derecho a la (re) habilitación dentro de un artículo nuevo y separado se hace visible un papel crítico en la vida de las personas con discapacidad que los países deben reconocer y asegurar. También se maximizan sus aplicaciones interdisciplinarias en el ejercicio de otros importantes derechos por ejemplo el derecho al trabajo, que serán reconocidos en la convención respecto a las ideologías sociales y no médicas sobre discapacidad. Por ello el comité encuentra prioritario la elaboración de un artículo separado sobre el derecho de la (re) habilitación.

Muchas cuestiones se han desarrollado acerca del artículo 12 de la Convención de los Derechos de las personas con discapacidad. Estas cuestiones se han ido incrementando en diferentes partes del mundo. La capacidad legal consiste en dos componentes: la capacidad de abrazar un derecho y la capacidad de actuar y ejercer el derecho incluyendo la capacidad legal a demandar el derecho. El párrafo 2 del artículo 12 menciona que “los estados participantes reconozcan a la persona con discapacidad en igualdad de condiciones con otros en todos los aspectos de la vida”. Para que las personas con discapacidad ejerzan sus derechos es necesario que los países participantes tomen las medidas apropiadas para proveer el acceso a las personas con discapacidad todo lo que puedan requerir para ejercer su capacidad legal. En el artículo 12 (5) menciona que las personas con discapacidad deberán ser capaces de heredar, y manejar los asuntos financieros de su propiedad.

Rehabilitation Internacional (RI) es una Federación de organizaciones que realiza y promueve iniciativas para proteger los derechos de las personas con discapacidad y aumenta la colaboración internacional hacia objetivos, mantiene relaciones oficiales con la ONU, la OMS, OIT, UNESCO, UNICEF, OEA, el Consejo de Europa y la Unión Europea y la Comisión social y económica de las Naciones Unidas para Asia y el pacífico. RI es gobernada por una asamblea que es seleccionada cada cuatro años por las organizaciones miembros. En esta ocasión el Congreso mundial se llevó a cabo en Québec, Canadá, del 25 al 28 de Agosto, para intercambiar experiencias en áreas como: educación, salud y funcionalidad, organización, administración y bienestar social, recreación y actividad física, rehabilitación social, tecnología y accesibilidad, trabajo y empleo.

Con la finalidad de motivar a los que están involucrados en tópicos que rodean a las personas con discapacidad lanzaron la convocatoria “Los derechos de las personas discapacitadas y la participación social, una forma de asegurar una sociedad para todos”. Rosa Chávez Cárdenas presentó el proyecto “Discapacidad…encontrarle sentido al dolor”, quedando entre los 18 finalistas del mundo, la única participante de México, así como la única de los finalistas que presentó un proyecto de manera individual para el concurso. Además participó como conferencista con el tema, “Encontrarle sentido al dolor”, acerca de la (re) habilitación emocional de las familias que cuentan con un integrante con discapacidad. El tema resultó de interés para varios de los presentes que la invitaron a que asista a sus países de origen, con la finalidad de aprender a manejar aspectos tan importantes en la rehabilitación integral de las familias.

La comunicación de las conferencias se llevó a cabo con traducción simultánea en Inglés, Francés y Español, así como en lenguaje de signos para los silentes, además de la tecnología más moderna: Caption Vision. Los eventos que presentaron en el congreso por las noches resultaron de sumo interés para los que valoran el esfuerzo de las personas con discapacidad por superar sus limitaciones, actores de teatro con personas con Síndrome de Down, cantantes, músicos con severas limitaciones en sus manos, bailarines con poliomielitis y en sillas de ruedas.

Para finalizar y dejar un precedente de la ratificación de la convención, develaron la escultura de la convención: un libro que simboliza las firmas de los participantes con una pluma de ave hecha de bronce, sobre una mesa de madera de maple originaria de Canadá, en la cual se guardó el libro de firmas con los autógrafos de los asistentes, unas 860 personas de todos los países del mundo. La próxima convención se llevará a cabo en Seúl Corea en el año 2011.



Rosa Chávez Cárdenas
Psicóloga, Homeópata, Terapeuta Fam y Escritora
Tel. 33 36318312
Movil 333 1669272
Zapopan, jal
rosamchavez@hotmail.com

Una Noche en el Five Star

A Catalina

El vuelo a Los Ángeles había sido un vuelo sin eventos extraordinarios. La revisión migratoria, el reclamo de maletas, el paso por aduanas, el cambio de horario. El aeropuerto de Los Ángeles, más bien se parece a la torre de babel por la diversidad de etnias ya sea en tránsito o en pleno uso de sus funciones trabajando para conseguir el american dream. Alí iba acompañado de su primo Josh. Ambos huyendo y buscando. ¿Huyendo de qué o de quién y buscando a quién o a qué? Era la incógnita que hasta a ellos mismos los tenía confundidos. Dos días en California y diez en Colorado. Ese era el plan.

A Josh, lo recogió (así se dice—aludiendo a la acción de ser llevado en un medio de transporte hacía un destino) su hermana para ser conducido a su lugar. El destino de él era Anaheim, el de Alí era incierto. Afuera de la torre de babel el clima era fresco, el trajinar de pasajeros era un rebote de vectores de una a otra estación de embarque o de arribo. A Alí le gustaba observar los movimientos y las actitudes de las personas. Ya había estado en la torre muchas otras veces pero esto no le quitaba la curiosidad que tenía él por la gente que transitaba el lugar: los árabes con sus largos turbantes; las mujeres del Islam cubriendo el puritanismo de la farsa con sus velos de seda fina; los hombres pardos de la India; los chinos con sus ojos estirados, estirados: como dos ligas; las mujeres orientales del tamaño de sus grandes maletas, los mexicanos, la raza de Alí, con sus grandes cargamentos: quesos frescos para la familia, cajeta de Sayula, birotes de la central de Guadalajara, chicles de Talpa, ates, y otras cosas para su gente. Alí sólo llevaba una pequeña maleta con las pertenencias suficientes para trece días, y una laptop. En ella llevaba su vida: documentos de la oficina: contratos, agendas, portafolios, fotos de sus hijos, el repertorio de música cuidadosamente selecta durante un proceso de maduración muy cuidadoso en el medio: Bach, Mozart, Chopin, Bizet; música de blues y de Rock ‘N Roll: Clapton, BB King, Kid Rock, The Stones; boleros cubanos: Compay Segundo, Pio Leyva, Ibrahím Ferrer, Omara Portuondo; música del folclor mexicano; y el preferido de todos, Pepe Villalobos y su guitarra de cuerdas de oro; también llevaba los escritos gestados en más de doce años de narrativa y prosa poética; ensayos y diversos textos de su trabajo como periodista en el semanario Página, el Charal y la revista literaria Meretrices.

Rosario llegó casi puntual a recoger a Alí. Habían pasado sólo cinco semanas desde la última vez que se habían visto, justo en ese mismo sitio, en el edificio Tom Bradley del LAX, y aunque no era el tiempo del mundo el que había pasado antes de este nuevo encuentro, el corazón de los dos estaba acelerado: una arritmia de amor, una taquicardia de más de diecinueve años de padecer las llagas que dejaron las distancias del uno del otro. Ambos habían enfermado de un padecimiento extraño e innato, progresivo y terminal que los había condenado a una dependencia como medida paliativa, medida que no solucionaría el problema pero que sí les ayudaría a vivir sin tanto sufrimiento. Ella vestía casual: jeans, blusa negra, tenis. Alí era Alí: zapatos lustrosos, slacks, camisa hawaiiana, lentes oscuros. El encuentro fue algo muy parecido a esto:

-Bueno… amor… ¿dónde estás?

-Ya estoy aquí, amor, ¿dónde estás tú?

-En el mismo lugar de siempre, junto al jardín botánico.

-¡Ya! Ya te vi. Desde aquí te veo.

Alí viró la vista hacia ambos flancos y de la nada, comenzó a tomar forma la mujer más hermosa del mundo. El viento de la mañana reposaba en las hojas del enorme cottonwood ubicado en el pequeño jardín fuera de la terminal Tom Bradley. El mismo viento que mecía el pelo de Rosario en sentido contrario a su recorrido, como queriéndola detener, pero para entonces no había nada que pudiera detenerla. En su cara se dibujaba una chispa de vida que convertía todo en un tornasol a esas horas de la mañana, cuando las palmeras de la avenida Century, danzan al compás del viento. Se vislumbraba una felicidad apresada y que ahora comenzaba a libertar al bosquejo de una sonrisa que tomaba control de todo. Alí caminó a su encuentro y ambos se fundieron en uno solo por un instante en un abrazo efímero que para ellos era un pedazo de eternidad. Un abrazo apretado, sincero, lleno de todas las esperanzas guardadas en años de estarse pensando, de estarse sosteniendo de la mano larga del recuerdo. La primera conversación se confabuló más o menos así:

-¿Cómo estás, amor?

-Muy bien, preciosa, ¿tú?

-Estoy temblando.

-Sí, hace fresco.

-No, amor, estoy nerviosa…

Tomaron vuelo por la autopista 405, rumbo al Five Star. Las vistas del San Fernando Valley, las casonas en lo alto de los cerros, el clima, el panorama, la compañía, todo era perfecto hasta ese punto del trayecto. Platicaron de todo, se pusieron al corriente de sus vidas, bosquejaron un pequeño plan en torno a la corta estancia de Alí, y de la profundidad de la conversación pasaron a lo somero para comenzar a plantarse en la cotidianeidad de los días que habrían de preceder, entonces comenzó la plática de lo palpable, que fue algo como esto:

-¿Tienes hambre?

-No tanta. Más bien me siento cansado. Dormí poco anoche. Ya ves como son los menesteres en la víspera de un viaje. Lo que quiero ahora es instalarme en el hotel, descansar, darme una ducha y comer un poco.

-OK. ¿Tienes la dirección del hotel?

-Sí, está en Canoga. Entre las calles shermanway y De Soto.

El hotel no era un Five Star como lo anunciaban en la web, sino más bien era un “lack of star”, pues si había una estrella había sido apagada por los drug dealers que vivían allí, quizá para que su luz no interfiriera en los tratos a deshora; en los trueques con los White boys de Woodland Hills o los negros crackeros del ghetto. Para el negro, mi vecino, era igual, mientras llegaran con cash en la mano, o sea pues con la feria lista para derrocharla en el mundo oscuro de las drogas, todo estaba bien, nada más importaba.

El Hotel era atendido por una familia de hindúes, que no sé si por inocencia mía o por mera ignorancia—no puedo aseverar—que ellos estén involucrados en lo que en aquel lugar sucede, pues la hospedería podría ser cualquier cosa menos un sitio digno para pasar la noche. Sin embargo, la reservación estaba hecha y las circunstancias no daban en ese momento para buscar otras opciones. Llamaba la atención la variedad de modelos de automóviles acomodados en el parqueadero de manera simétrica: Mercedes Benz, BMW’s, Volvos, Jaguares y hasta un Ferrari. La habitación, aunque era de “non smoking”, apestaba a humo, a humo penetrado en las paredes y en la alfombra y en el televisor que nunca se encendió. Daba asco hablar por teléfono. El aire acondicionado había sido diseñado para todo un lobby pero por alguna razón decidieron instalarlo en el cuartucho, cerca de la ventana que daba vista al estacionamiento norte, donde, después aprendí, era el sitio perfecto para hacer transacciones de carácter dudoso. Pues, en la habitación de abajo, como vecino, tenía a un negro con brazos de gorila (cara también) con un perro como acompañante, de esos de raza chata, un Pit Bull de al menos 110 Lbs. de peso, amarrado de una cadena gruesa. Ambos se daban aires de valentía y no dudo que la tuvieran, pero lo que más proyectaban, no era eso sino una imposición que daba miedo. Alí le saludó a su vecino del Five Star con unas líneas en inglés que se escriben más o menos así:

-Hi, how are you doing? –saludó Alí.

-I’m all right, but I’ve seen better days. –contestó el negro, con voz ronca, casi diabólica, mientras caminaba meciendo sus hombros a los lados, mirando el suelo, sin dejar de sujetar la cadena de su mascota.

-Take care –dijo por último Alí con una voz ronca, que no era la de él pero que tenía que inventar para esconder el miedo que sentía con aquél primate de Tarzana, vendedor de drogas.

El negro balbuceó algo que Alí no fue capaz de descifrar y ese fue el tamaño de la conversación. Alí sintió un presentimiento. Una especie de piquete en la panza, de esos piquetes que sólo una premonición puede dar, pero no quiso darle vida a su intuición y siguió su camino sobre las escaleras del Five Star. Ya instalado en el cuarto, Alí prendió su laptop, se conectó al Internet, contestó algunos correos, hizo un par de llamadas de larga distancia y trató de tomar una siesta. Imposible. El parqueadero se había convertido en avenida, donde transitaban desde camiones de la compañía de teléfonos, hasta los autos más lujosos; todos al cuarto del negro, o del perro, o del perro y el negro. Mujeres esbeltas, hombres corpulentos, blancos, negros, una que otra chicana, de todo. Cerró la cortina de su habitación para facilitarle al negro sus transacciones y para que no le fueran a molestar. Alí se sentó entonces a escribir, a matar la tarde en el teclado y a esperar a que Rosario regresara después del instituto a las 10:30 p.m. a darle el beso de buenas noches.

Alí se sentía extraño en aquél lugar, no por lo que había o por lo que era en sí, sino por lo que representaba para él estar allí. Rosario había estado platicando con él en un borde de la cama y todo había estado bien. La sinceridad en la conversación, el entendimiento, las preguntas impredecibles, las respuestas furtivas, la esencia de todo lo que había encerrado en ese ambiente del Five Star. Todo iba bien hasta que ella se fue. Alí sintió que lo invadía una tristeza insondable. No dijo nada. Ni siquiera le pidió que se quedara. Él sabía medir las cosas con sobriedad, no se atrevería a ser impositivo con aquella mujer de su vida, era todo como era y ya. No pedía mucho, ni siquiera lo justo. Así era él, así había vivido los últimos años de su vida, sin pedirle nada a nadie, abriéndose caminos solo, con seriedad, con entrega, con entereza y aunque no se daba aires de perfección pues todos los hombres tienen su lado oscuro, él lado de él era diáfano, por la mayor parte. Dolía, sí, pero hacía las cosas con dignidad. Pasaba por la transición de una separación después de doce años de vivir al lado de una mujer que no quería y que en reciprocidad tampoco lo querían a él, pero no, eso no era tampoco. La tristeza que lo invadió, le llegó al ver la foto de sus hijitos en su billetera. Los dos tan hermosos y tan llenos de inocencia. Ambos de él, de su sangre, de su costilla. Abigail era especial, sin ser menos el niño. Hasta ese momento, la compañía de Josh, en el avión, y la corta estancia de Rosario en aquél cuarto, lo habían acompañado. Hasta entonces habían sido las dos tablas en su naufragio, entonces el divagar de la mente, de los sentimientos, de la incertidumbre. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Había encontrado hasta esa hora del día lo que buscaba? No podía atinar a deducir nada en ese momento. Lo que vivía hasta entonces era tan real como lo es un tatuaje: no se podía borrar nada sin dejar huella. No se podía tapar el sol con un dedo y no se podía retroceder ningún capítulo.

La puerta del cuarto 215 habló en su lenguaje de llamado nocturno. Era Rosario. Eran las 9:00 p.m., había llegado allí sola una hora y media más temprano, había pasado ilesa por donde los dealers, había sobrevivido una mordedura del pit bull, había atravesado el parqueadero sola y ahora la tenía en su habitación, con una charola de frutas frescas: melones, sandía, uvas, fresas. Se veía hermosa. Desde las rojas coronas de sus diminutos pies hasta el olor a durazno que desprendía su pelo lacio y húmedo. Reposando en sus hombros, haciendo las veces de cortinas como queriendo cubrir las dos perlas que pendían de sus oídos. Él, ya la quería entonces, eso era bien sabido, pero descubrió que lo que sentía era un amor muy grande: la quería más. Se besaron con el amor de dos largas ausencias; con la felicidad que dos amores recién encontrados se confieren; con la angustia que dos fracasos se comparten. Ella sabía a miel y cualquiera podría perecer en su vientre, entre sus dedos, en un suspiro. Comieron fruta, se bebieron el uno del otro con moderación y luego le dijo lo que Alí había estado esperando. Un “Te Amo” lleno de una ternura insondable, empapada de una tristeza inmensurable. Se dieron cuenta entonces que se necesitaban el uno al otro. Una mirada penetrante bastó para que supieran que las cosas no podían seguir con la sombra de la distancia y se comprometieron a surcar la vida, juntos: a hacer lo que para mucha gente sería prohibido pero que para ellos era vital y necesario.

La noche escaló con lentitud hasta llegar a la cima de un amor consumado, lenta, hasta el arribo paulatino y crepuscular de un nuevo día. Se entregaron con dignidad y con la seriedad de dos amantes maduros, de dos vidas conjuradas a un amor que volvía a nacer. Cuando al fin llegó la calma, Alí pudo escuchar los graznidos de un cuervo a lo lejos; recordó el poema de Poe y con sigilo se asomó por la ventana: era el alba de un nuevo día lo que le permitió, por un pequeño resquicio de la ventana, contemplar aquella dulce complexión en todo el esplendor de su cansancio, reposando en una sonrisa de satisfacción nunca antes vista. Ella respiraba amor, su cuerpo desnudo y su respirar pausado; hacían de Alí un nudo de amor, una atadura que—estaba seguro él—nada ni nadie podría desatar ya. Ella tejía un sueño con la madeja de los días que le habían dado la espalda y que ahora se habían convertido en el presente que ella vivía. “El presente es el resultado del pasado”, pensó Alí mientras contemplaba la nostalgia que se desprendía de la lámpara que le daba vida al cuarto con su luz tenue y su sombra triste. Ellos no lo sabían pero un poder muy superior a ellos les tendía una gran alfombra roja para que dejaran descansar sus pies. Un río de golondrinas pasó aquella mañana por la ventana del Five Star. Los rojos comenzaron a dar paso a los amarillos y a los ocres y en un suspiro, la aurora de un nuevo día limpiaba un pasado turbio, para dar paso a un presente lleno de cosas nuevas, para posteriormente ceder camino a un futuro lleno de todas las cosas buenas que los dos habían ganado y que merecían. Alí se recostó al lado de Rosario y acarició su pelo en aquella quietud flotante que invadía el cuarto que ahora era un nido donde se gestaba un gran amor; donde se retomaba una hebra de felicidad que había sido cortada por las tijeras de un poema bucólico que ahora se convertía en un ditirambo lleno de todas las cosas buenas de la vida.

-Buenos días, amor, -saludó Rosario, aún con la felicidad de una mujer complacida.

-Buenos días, mujercita, ¿cómo amaneciste?

Ella le contestó con una sonrisa que halló acomodo en el corazón de Alí. Para entonces, los dos sabían que se habían subido a un furgón que los habría de llevar lejos, muy lejos, away from the Five Star onto a life of happiness.
Arturo García
7-Jun.-2008
Denver, CO



De Piedra

…Finta…
El día en que puedas amarte
media naranja
la luna
será de trapo
y las estrellas no verán la noche desde nuestra cama.

NOCTÁMBULO


Sobre los delgados hilos de las barcas
donde la sal del mar teje sus sombras
hay un sueño que me sueña
está dormido
desatándose
contra las olas
de su mar interior.

América Madre Latina


América será mujer de cuatro jaguares
temibles por su bondad y madurez.

Dadme cuatro jaguares para esta cultura invencible.
Madre antepasada será para la especie futura.

Será el primero de amor infinito formado
el segundo, más diestro y siniestro sexual
el tercero, la semilla más fecunda
y el cuarto brujo sin igual.


Madruguete


Cuando la madrugada cae
un árbol de desintegra por dentro
se desvanece en la raíz y despierta zumbando.

Cuando la madrugada cae: mezcla matutina
de sudor, sangre y lodo…
contagioso trajinar de fantasmas,
ir y venir sin descanso
de sombras:
Anémicas
Lánguidas
Podridas.
Bosquejos de luna que luego se pierden
en el voluminoso vientre de la ciudad.

cuando la madrugada cae
cae la noche
y la quimera se lanza a la calle a buscar un domicilio
una flecha que le indique dónde debe doblar o redoblar
su inocencia lluviosa de escrúpulos sin entrañas.


Pájaros de Cuenta


Los inseguros al encontrarse una bomba intacta
pierden la jugada embrujados de terror.

No supieron qué hacer
entre el populismo y el raquitismo.

Algunos se vistieron de antenas
otros de azulejos
de azoteas
…¡de su pinche madre!

Aprendiz de Vago

Rompe el vidrio
Rompe el vidrio
Rompe el vidrio
el témpano
el hielo

Así, así, así.

Vamos.

Corre… corre.

No te quedes ahí parado
como pendejo.

Salvador Sotero