Editorial
Henos aquí, apreciado lector, otra vez entre tus manos, naciendo de ti y para ti como nos lo has permitido cada mes por los ya dos años de ofrecerte el indomable corazón abierto. Te hemos agradecido en cada oportunidad que se ha presentado, porque no perdemos de vista el papel tan importante que tienes en la vida de esta revista cultural. Sin embargo, hoy es una ocasión especial pues, abusando de nuestra heredada capacidad de celebrarlo todo, sentimos y te compartimos el júbilo de alcanzar los dos años de vida. Dos años, dos ciclos de 365 noches en que hemos pasado de todo por no cejar jamás de nuestros objetivos; veinticuatro meses de ejercer la difusión de la cultura y las artes de manera libre y gratuita y en los que, como debía suceder pues también somos un producto humano, nuestro camino ha sido similar al de las míticas montañas soviéticas por los pronunciados altibajos que a nuestro parecer sólo han servido para dignificar el trabajo realizado. Este mes de noviembre, orgullosos cumplimos ya nuestro segundo año.
Meretrices crece día con día. Dicen que crecer no es sino acercarse cada vez más al fin inevitable; eso, sinceramente, nos tiene sin cuidado. Y como la noche que mientras más cerca esté del amanecer es más fría, así, con el tiempo transcurrido, llega la madurez de reconocer el exacto sitio en que nos encontramos; pero sobre todo y a pesar de lo adquirido: tener claro hacia dónde queremos llegar. Porque no nos mueve la inercia ni, acaso, la materia, lo hacen objetivos claros, constantes y a la vez permutables, a algunos de los cuales nos hemos acercado ya muy a pesar de perder algunas otras cosas en el necesario intercambio de la vida.
Como tú sabes dilecto lector de Meretrices, tú más que nadie, nuestro estandarte ha sido y seguirá siendo la cultura y su forma de apreciar los valores cotidianos, su manera de acercarnos, sensibilizarnos y hacernos un poco más humanos. Tenemos nuestra fe en ella, creemos que puede cambiar el tenor de las cosas, incluso, bajo riesgo de parecer lo que no somos, hemos visto cómo efectivamente en aquellos que han tenido algún contacto con las artes cambios se han operado. Por eso la lucha continúa a nuestra propia manera y con nuestra propia receta. El ser una revista mensual no resta el hecho de que el trabajo se realiza cada día y cada noche, y el ser una revista cultural, aún más nos llena de compromisos, sobre todo contigo.
Dos años ya y en verdad son un pretexto para darte las gracias de frente. Este mes aumentamos de 25 a 29 páginas, además de dedicar su espacio al reconocido maestro del grabado Juan Navarro. Con tu apoyo seguiremos rondando las esquinas del arte y la cultura. Pero en vías de mientras: muchas gracias por tu apoyo. Nos leeremos pronto.
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