Diario de viaje
Yo podría para ti ser un poeta japonés. El territorio de mi peregrinación, tu cuerpo. Mi diario de viaje, decirte que te quiero.
Tus brazos
son un puente
que cede paso a mi amor.
En la otra orilla tú
aguardando.
son un puente
que cede paso a mi amor.
En la otra orilla tú
aguardando.
Caminar por tus pies. Quiero decir, amarlos. Recorrerlos suavemente y reconocer paisajes, todos los que te permitieron saber. Besarlos como quien bautiza, con el mismo amor con que los labios de un hombre celebran la piel de su hija
Pétalos
de sol sobre la escarcha,
tus pasos.
El sitio que elijo por almohada.
de sol sobre la escarcha,
tus pasos.
El sitio que elijo por almohada.
Saber también acerca de la infancia que nunca me permití perder. Volver sobre mis años y dormir en tu regazo. Saber del amor en la piel de tus senos que se entregan a mis labios como alimento
Risco y manantial
del placer.
Vértigo de la caída.
Mi lengua, tu pezón.
del placer.
Vértigo de la caída.
Mi lengua, tu pezón.
Tus ojos transparentes. El amor es nuestra identidad y somos uno solamente. El espacio y el tiempo son una herida en nuestro cuerpo. Mientras tanto no perdemos la oportunidad de convertirnos en nuestros propios sueños
Despierto. (Me recuerdo.)
Tus brazos me contienen.
Quisiera ser un sueño
que te niegues a olvidar, aun
mientras duermes.
Tus brazos me contienen.
Quisiera ser un sueño
que te niegues a olvidar, aun
mientras duermes.
Y cada vez, hombre y mujer, únicos en el amor. Cada vez, una bienvenida.
Diego Techeira
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