.

INTERVALOS

Pueden pasar muchos días
sin un sobresalto,
mientras tanto
hay que hacer pasar el tiempo
a como dé lugar,
aburrido al por mayor,
en una silla,
leyendo
o frente al televisor,
con ansias
de que nunca regresen las horas lentas;
hasta que aparece una mujer
con un cigarro,
palabras suicidas,
cerveza
y una cama compartida
por unas semanas,
para después
empezar nuevamente a esperar.
.

*

.

.

Palabras

Mis palabras
se retuercen
hasta las cenizas,
c o r r e n
como gallina sin cabeza
alejándose,
cerrando
cada puerta que cruzan con llave
dentro de
un acolchonado laberinto,
asustadas
de mirar nada,
convirtiéndose
en poco más que
sonido/sin sentido,
que me obliga
a
estar
quieto.

.

*

.

.

LA HERENCIA DEL ABUELO A MI PADRE

Mi padre hace almohadas
como pudo remendar zapatos
o ser abogado,
pero escogió continuar
el negocio del abuelo,
y con cada paquete que termina
amarrado de diez en diez
es para él un avemaría en su rosario,
un misterio menos que orar
que lo conduce a la salvación eterna.

.

*

.

.

SERÁ

Será mejor que no sepan mis intenciones
y antes de salir me ponga el disfraz diario
con la cara pintada de ser inofensivo,
de no querer molestar,
aunque por dentro
gotee un insano ardor;
ignórenme a más no poder,
pasen desapercibidos
los momentos de paranoia
que seguro reflejan los ojos,
presiento que con las horas será peor,
encerrado
mirando la tele
o con una mujer,
será igual,
porque al terminar la noche
y no haya más de que hablar
se apagarán las luces,
el mundo estará en santa paz dormido
mientras yo escucho mis lamentos,
impedido para alegar demencia,
lamiendo cada herida
sin permitir a nadie ver
lo carcomida de mi alma.

.

*

.

.

LAS MÁS LOCAS (A MI ME TOCAN)

Depresivas a muerte,
ya las he sorprendido llorando solas,
tratando con un pantalón que no les queda,
disfrazándose la edad lo mejor que pueden,
fumando en el baño con los audífonos puestos,
buscando algo en la pintura de la pared
con esa expresión de desesperación en el rostro,
la mayor de las veces me doy la vuelta,
desde el principio lo sé,
no durará mucho el acuerdo
porque con ninguna he decido tener hijos,
no tengo un carro parecido al de sus amigas,
no puedo costear una cirugía plástica urgente;
exactamente casi por lo mismo
que pienso en mi rotundo fracaso como ser humano;
al tiempo me dejan y me siento terrible,
miserable,
devaluado,
pero volverá otra que realmente es la misma,
aunque reconozco
que para ningún otro tipo de mujer me iba alcanzar en realidad.

.

Arturo Accio