13 abril 2008

Tres Poemas Homéricos
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Pocas veces un poeta se compromete tanto con su entorno ecológico como lo hizo y sigue haciendo Homero Aridjis. El también narrador michoacano, considerado uno de los más puros y trascendentes poetas vivos de toda la América Latina, justifica su marcada preocupación por el medio ambiento en su infancia. Nada más cierto pues se sabe que cada año para él era común despertar en su natal Contepec viendo miles de mariposas monarcas en su migración hacia el santuario michoacano.
La poesía, indudablemente, refleja parcialmente lo que somos y es a través de las palabras más bellas empleadas sabiamente por Aridjis que notamos el cómo sus inquietudes por el futuro del planeta están sustentadas en esa sensibilidad que podríamos decir que solamente los poetas poseen y saben explotar acertadamente.
Hoy les presento tres poemas del también co-fundador del grupo de los cien, que encierran esta traducción anímica de la que les hablo.
Es importante recalcar que Aridjis creció influenciado por la poesía de Octavio Paz y que cómo él, cultivó a su vez una poesía llena de imágenes y lenguaje figurativo. Sin embargo, en un momento importante de su carrera poética sufre un cambio que lo obliga a buscar afanosamente la economía de las palabras, la sencillez de las imágenes y la contundencia de los temas.
Estos poemas pertenecen a esa época. Cargados de un romanticismo ecléctico y de una inteligencia en el empleo de los significados que es única en las letras mexicanas.
A veces uno toca el cuerpo

A veces uno toca un cuerpo y lo despierta
por él pasamos la noche que se abre
la pulsación sensible de los brazos marinos
y como al mar lo amamos


como a un canto desnudo
como al solo verano

Le decimos luz como se dice ahora

le decimos ayer y otras partes

lo llenamos de cuerpos y
de cuerpos
de gaviotas que son nuestras gaviotas

Lo vamos escalando punta a punta

con orillas y techos y aldabas

con hoteles y cauces y memorias

y paisajes y tiempo y asteroides

Lo colmamos de nosotros y de alma

de collares de islas y de alma

Lo sentimos vivir y cotidiano

lo sentimos hermoso pero sombra




Te amo ahí contra el muro destruido



Te amo ahí contra el muro destruido
contra la ciudad y contra el sol y contra el viento
contra lo otro que yo amo y se ha quedado
como un guerrero entrampado en los recuerdos

Te amo contra tus ojos que se apagan
y sufren adentro esta superficie vana
y sospechan venganzas
y muertes por desolación o por fastidio

Te amo más allá de puertas y esquinas
de trenes que se han ido sin llevarnos
de amigos que se hundieron ascendiendo
ventanas periódicas y estrellas

Te amo contra tu alegría y tu regreso
contra el dolor que astilla tus seres más amados
contra lo que puede ser y lo que fuiste
ceremonia nocturna por lugares fantásticos

Te amo contra la noche y el verano
contra la luz y tu semejanza silenciosa
contra el mar y septiembre y los labios que te expresan
contra el humo invencible de los muertos


Emiliano Zapata



Lo volvieron calle
lo hicieron piedra

lo volvieron tarjeta postal
discurso de político

lo hicieron película
ingenio azucarero

lo volvieron bigote
traje de charro

él ve nada
oye nada.





Javier Manuel Urrieta

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