13 junio 2008

EDITORIAL

He de ser sincero, cuando uno menos cree que algo nuevo se puede aprender se presenta la ocasión propicia que nos obliga a tragarnos nuestras palabras crudas. Craso error cometemos cada vez que tenemos la impresión de que nada nuevo se nos cruzará ya en los años por venir. Pongo el ámbito de la cultura por ejemplo (desde luego, esta es una revista cultural); tanto se repiten las formas y, aunque duela decirlo, los clichés culturales, que se termina por creer que nada queda oculto bajo este cielo gris de las bellas artes mexicanas. Entonces es cuando aparece alguien que, por su trayectoria, por su disciplina y calidad, por su pasión y entrega a lo aportado en estos campos culturales, demuestra que aún queda mucho, muchísimo por aprender.
---En este mes de julio nos llenamos de orgullo al presentar a nuestros lectores a uno de esos grandes maestros que, no rodeados de vana gloria (sí, así, separado) ni de grandes lujos, ni de aún más grandes egos han contribuido en silencio y con paciente tenacidad a un importante episodio cultural mexicano sin mayores pretensiones que las de hacer eso por lo que tanto amor sintieron y aún siguen sintiendo.
---“Quiero que la gente sepa lo poco que sufrí y lo mucho que gocé en todos estos años” es una de las enseñanzas que más me quedan de esa mañana en que tuve el gusto de entrevistar al maestro Don Agustín Olmedo en la comodidad y honesta hospitalidad de su casa. Y es que esa frase dice mucho más de lo que se lee a primera vista. Desde luego que todos sabemos que si hay algo frecuente en una vida dedicada a la cultura son precisamente los momentos en que se sufre (por injusticias y faltas de visión humana principalmente) frente a aquellos en que se goza. Sin embargo, la actitud del maestro Olmedo frente a una completísima carrera en el folklor mexicano, una vida de giras por todo el mundo, con sus buenos momentos y sus otros malos, sus logros y sus tropiezos es de franca paz interna, esa que se basa en la necesidad de seguir transmitiendo lo que se posee a las nuevas generaciones.
---No relataré más nada sobre el maestro Agustín Olmedo pues para ello te invito a que asistas a la entrevista que se encuentra en las últimas páginas de este ejemplar. A que a través de ellas lo conozcas y acerques a su vida. Pero sí quiero recalcar mi admiración y la de todo el equipo que conforma Meretrices por una persona que aún siendo miembro fundador del Ballet Folklórico de la Universidad de Guadalajara y maestro de grandes e importantes grupos de folklor mexicano, es dueño de una sencillez que otros más, estoy seguro, envidiarían.
---Por ello y por otras cosas más te doy la bienvenida a este número 17 de Meretrices, con agrado y agradecimiento de que sigas interesado en este proyecto de difusión cultural. Este lugar en el que espero nos sigamos encontrando más tiempo. En fin…

Hayao Miyazaky: El Vuelo de la Imaginación

En días aciagos es preciso apelar a la obra de los grandes creadores, para no perder la fe en la raza humana. No hay mejor remedio o cura contra ese oscuro jinete que acecha en estos días con el anglo nombre de estrés, pero que desde antes de la edad media era conocido como melancolía o bilis negra, que recorrer los terrenos de la fantasía. Y no hay mejor forma de hacerlo que de la mano de los autores que gentilmente nos instalan en la particularidad de ser la especie que cuenta historias para explicar su sentido y pertenencia. Dejarse llevar a estos terrenos es cada vez menos habitual y sin embargo más necesario.
---Si al decidirnos a llevar a cabo esta empresa tenemos la fortuna de escoger un buen guía transitaremos por universos alternos para solaz de nuestra imaginación, y de los cuales no saldremos librados sin haber dejado o encontrado por lo menos un fragmento de lo que nos hacen ser frágiles-seres-pensantes.
---En esta ocasión seguiremos la ruta trazada por el maestro Hayao Miyazaki, dibujante, animador y creador de singulares personajes que exaltan las virtudes y señalan las miserias de los seres humanos.
---Conocí la obra del maestro Miyazaky mucho antes del premio Oscar y de sus colaboraciones con los estudios Disney, pues él fue uno de los productores y creadores de nada menos la serie animada “Heidi”, la ternura de los Alpes; así como de “Marco” y su conmovedora odisea para encontrarse con su madre. Confieso que ni fui asidua seguidora de sus series, por ese entonces yo hubiera preferido un maratón de “Monstruos del Espacio”. Pero en aquel entonces los niños sólo teníamos cuatro canales de televisión y más nos valía aprovecharlos. Así fue como conocí a Heidi.
---Sin embargo, y para deleite de sus seguidores, la genialidad de Miyazaky no se constriñó a crear por encargo, su carrera tiene una fabulosa colección de obras y cada una de sus películas es un poema a la condición humana y su frágil relación de equilibrio con el entorno. En su película “El Viaje de Chihiro” nos deja ver que la coexistencia de varios y diversos mundos no es casual sino que desentraña una perfecta armonía y que la lucha contra el mal, entendido éste como lo diferente, en algunas veces es la lucha contra los intereses del protagonista y contra la ignorancia.
---Cada tema que motiva a Miyazaky es recreado en un microcosmos no menos apasionante. Y así, se integran en sus películas elementos clave de su obra: aparatos voladores, mundos alternos, animales humanizados, humanos bestiales, pero sobre todo la esperanza, la sabiduría y la inocencia. En cada entrega nos brinda una visión simbólica de los impulsos del hombre para hacer o dejar de hacer. En “La Princesa Mononoke” Miyazaki no sólo anima dibujos estáticos sino que provee de “ánima” a los seres espirituales del bosque y es a Mononoke, la princesa guerrera que fue criada por los lobos, a quien corresponde luchar contra la tribu Matara, que amenaza con destruir el bosque. A la princesa le es develado el secreto del equilibrio del mundo.
---De igual forma en “Nausicaa del Valle del Viento” es la protagonista, la niña cazadora y guerrera quien defenderá a su pueblo, a su valle y a su mundo de la destrucción del equilibrio. El equilibrio donde los seres en apariencia malignos resguardan la sabiduría del ciclo vital, ciclo donde el hombre y su avaricia marcan el camino de la destrucción.
---La lealtad, la fidelidad y el amor; así como la avaricia, la traición y la vanidad son de nuevo los vientos que conduce el “Castillo Vagabundo” donde Sophie pacientemente mantendrá vivo el fuego del castillo de Howl.
---Este es apenas un atisbo a la obra vasta y prometedora de uno de los geniales creadores de mundos fantásticos. Como Hayao Miyazaki existen pocos y sus obras están allí esperando, pero el tiempo apremia y antes de que el capitalismo salvaje nos transforme en fieles y ávidos consumidores de entretenimiento chatarra, producidos en serie por imbéciles que especulan con la emotividad, todavía nos esperan los gurús de la creación para conducirnos por esos delirantes lares.

Sofía Márquez.

Crónica de la Segunda Visita Morelia


Visitamos por segundo año consecutivo Morelia, dentro del marco del Tercer Encuentro Nacional de Letras Independientes. Morelia, la antigua Valladolid, nos recibió con su característica cantera rosa, su aroma colonial, su tradicional gastronomía y su cálida gente. El Tercer Encuentro de Letras Independientes fue organizado de nuevo por nuestros amigos del Colectivo Paracaídas de aquella ciudad. Esta vez el programa incluía presentaciones, charlas y lecturas, todas dentro de la discusión nacional de la literatura independiente frente a la institucional. Se llevó a cabo los días viernes 6 y sábado 7 de junio con una asistencia continua durante las más de 18 horas que duró el encuentro en los dos días. Se presentaron proyectos independientes de toda la república incluyendo revistas, libros, colectivos, festivales y cátedras entre otras más, todo dentro del espacio del Museo del Estado en Morelia.
---Destacamos el primer día la presentación de las revistas hermanas Papalotzi de Guadalajara, Jalisco y Clarimonda de Morelia, Michoacán; las editoriales Proyecto La Tanda de la ciudad sede, coordinado por José Luis Rodríguez Ávalos y Editorial Clavileño orgullosamente de Chapala, Jalisco, coordinada por Zaida Cristina Reynoso; además de los libros “El Sucio Color del Viento” del novelista Arturo Ayala y “Crisantemo Cielo” del poeta Enrique Carlos.
---El segundo día nos engalanaron las revistas Letras en Rebeldía de Mérida, Yucatán; Meretrices de la ribera de Chapala en Jalisco; El Hilo, Cronopios y Bunker de Morelia y Va de Nuez de Guadalajara y Nogales; los libros “La Noche es Luz de un Sol Negro” de Edgar Omar Avilés; el “Mariposario”, antología poética de la Editorial Papalotzi y la plaquette de poesía “Dos Triunfos y un Poema de Amor” de Mario Z Puglisi.
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---El evento fue inaugurado con una mesa de debate en la que participaron Concepción Avendaño de Chiapas, Armando Pacheco de Yucatán, Cuitláhuac Cuiriz de Morelia y Carmen Avendaño de Chile. Disfrutamos de ensayos y lecturas de escritores de todo el país y pudimos conocer la situación actual y el futuro de la escena nacional de la literatura independiente.
---Las Meretrices se presentaron como siempre con humildad pero con oficio, en un espacio temporal de cuarenta minutos en el salón de audiovisuales de aquel museo. Presumiblemente quedaron satisfechos los presentes entre los que encontramos gente de Jalisco, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Tabasco, El Distrito Federal, Yucatán y muchos otros lugares.
---Nos regresamos el domingo 8 llenos de agradecimiento, corundas, uchepos, morelianas, máscaras de viejitos; llenos también de nuevas experiencias y sobre todo con muchas ganas de regresar a esa tierra de grandes hombres que forjaron con su pensamiento y su lucha nuestra nación.
---Agradecemos por este medio al Colectivo Paracaídas por invitarnos y guiarnos durante el encuentro, a la Secretaría de Cultura de Michoacan por las facilidades ofrendadas, al hotel Aranzazú de Morelia por el fino trato que nos prodigaron, a los compañeros escritores por esa confianza y esa complicidad, a nuestros amigos de Papalotzi, Bero y Dante por el agradable trayecto y sobre todo al pueblo de Morelia por la calidez y cercanía. Esperamos asistir el año que entra con más camino andado y más esquinas cubiertas de cultura.


Mario Z Puglisi

La Sopa de Proteínas
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EL 20 de Mayo del año pasado, 2007, murió Stanley Miller de un infarto fulminante en una clínica de California, donde pasó los últimos meses sufriendo tras varios infartos y una embolia. Miller fue uno de los científicos en el campo de la biología y la química más brillantes del siglo XX.
---Verán, la teoría de la generación espontanea había sido desechada por Pasteur con numerosas evidencias (esta teoría fue creída ciegamente durante décadas y postulaba le generación de materia orgánica a partir de materia no viva o inorgánica por obra casi de Dios, es decir, que aparecía de la nada), mientras un ruso aprovechando las condiciones ateas de su país comenzó a hablar de una “sopa primigenia” donde pudo haberse generado la vida; su nombre era Aleksandr Oparin. En 1922, con apenas 28 años presentó sus ideas en una reunión de la Sociedad Botánica de Moscú. Aunque sus ideas se publicaron 2 años más tarde, nadie les hizo mucho caso en ese entonces, tomaron varias décadas reconocer la importancia de sus teorías.
---Stanley Miller aún siendo un joven estudiante de doctorado, asistió a un seminario en el que Harold Urey (Premio Nobel de Química en 1934 por el descubrimiento del deuterio) exponía su idea de que la atmósfera de la Tierra primitiva debía parecerse a la de los planetas exteriores del sistema solar: es decir, que estaría formada por metano, amoniaco, hidrógeno molecular y vapor de agua. Urey sostenía que, en presencia de las fuentes de energía adecuadas, esta atmósfera sería un medio favorable para la sopa primigenia de Oparin. Esto fue en 1951.
---Miller visitó a Urey tan sólo un año después y le pidió que trabajaran juntos en la simulación de las síntesis abióticas que había propuesto en su conferencia. A pesar de las negaciones de Urey, Miller consiguió convencerle de que lo intentaría por unos meses con el compromiso de cambiar de tema si fracasaba.
---Así que seleccionaron las moléculas que supuestamente formaron la atmosfera temprana de la Tierra: metano, amoniaco e hidrógeno que junto con agua hirviendo y unos electrodos donde saltaban chispas en un matraz colocaron en un sistema cerrado. Con la aplicación de los electrodos emulaban a las tormentas eléctricas que ya se sabía abundaban en las condiciones de el joven planeta. Esperaron una semana con suma paciencia. Cuando Miller preguntó a Urey qué creía que iban a encontrar éste le contestó: "El Beilstein" (una especie de manual iniciado por Friedrich Konrad Beilstein en 1881 que describe cientos de millones de compuestos orgánicos). A la semana después analizaron los resultados del experimento con la técnica de cromatografía de gases en papel que les arrojo la presencia de ácidos carboxílicos, es decir, el grupo de los aminoácidos con los que se forman las proteínas y con ellas los ladrillos de la vida misma. El experimento (en el que Miller aún era sólo un estudiante) se llamó Experimento Miller-Urey y es uno de esos experimentos de la ciencia que logran impactar y cambiar la visión de toda la sociedad incluyendo la científica; repercutiendo no sólo en la historia sino en las futuras generaciones de experimentos de esa naturaleza. En tan poco unas semanas habían producido 13 de los 21 aminoácidos necesarios para la vida.
---La teoría principal que resultó de su experimento se basa en el hecho de que si se producen estos resultados en unas semanas dentro de un matraz podríamos deducir lo que pasaría en todo un océano en millones de años. La conclusión es que la aparición de la vida no se debió a contaminación orgánica y que sí es posible producir materias orgánicas a partir de sustancias inorgánicas siempre que las condiciones sean propicias. Urey renunció por humildad a la coautoría de la publicación de los resultados en la revista Science, por lo que sólo apareció el nombre de Miller.
---Análisis posteriores de algunos meteoritos demostraron que los elementos elegidos por estos dos científicos había sido la correcta, sin embargo, aún se les refuta que su experimento requirió enormes cantidades de energía continua mientras que las tormentas eléctricas sólo producen descargas esporádicas.





Prof. Servando Macías Fermín

MALDICIÓN POR LA MUERTE DE EL POETA DE LA NEGRITUD AIMÉ CESAIRÉ



A medida que toda cosa moría
¡Yo me he, me he ensanchado-como el mundo-
y mi conciencia ya es más ancha que el mar!
Ültimo sol.
Estallo. Soy el fuego, soy el mar.
El mundo se deshace. Mas yo soy el mundo
El final, el final decíamos.
A.C.

¡Ha muerto Cesairé!
---El hombre, el negro, el comunista, el sabio, el guerrero del espíritu, el coloso del arte, el padre. Su nombre marca con fuego la frente de la historia del desastroso siglo XX. Sin este gran poeta no podríamos explicarnos a líderes como Luther King, Malcom X, Eldridge Cleaver, o Angela Davis; a músicos como el profeta Bob Marley, a San Hendrix, al mismísimo James Brown, a Mingus, o a Davis; o a escritores como Bretón, Kerouack, Sartre, Vian, Baldwin..., en fin, todos ellos, ya que él fue uno de los primeros en reivindicar divinamente la preciosa belleza de ser negro.
---Nacido en la pequeña isla de Martinica, en las Antillas, el año de 1913, Aimé Cesairé lucharía toda su vida contra el colonialismo, político, económico, e ideológico, develando con gran lucidez los turbios mecanismos de alienación que el colonizador siempre usa a su favor, a la vez que es igualmente bestializado por su conducta destructiva y codiciosa. Explicó ampliamente las características psicológicas de el racista-este al sentirse inferior en su fuero interno (precisamente a causa de su enorme enajenación) debe, tiene que discriminar al otro, al "diferente", tomando como pretexto algo tan banal como el color de la piel, la forma de la cara o el cabello, para así volverse "superior" a sus propios ojos ignorantes.
---Su pensamiento es de una luminosidad aterradora para cualquier imperio, en cualquier época:
---Ya que el colonizador se acostumbra a ver en el otro a la bestia, y a tratarla como tal, tiende objetivamente a transformarse en bestia él mismo.
---Se sabe que Aimé tomó plena conciencia existencial de su negritud en París —una ciudad que por aquel entonces palpitaba, bullendo jazz y estéticas africanas en los textos de autores como Cendrás o Apollinaire; y en la pintura de Picasso, y todos los cubistas— en el año de 1935, que es la fecha cuando destruye incendiando todo lo que hasta entonces había escrito; con esa misma flama haría estallar la mente de muchísimos jóvenes artistas del mundo entero, con la revolución cultural iniciada principalmente por él: la Negritud.
---El concepto de negritud para Aimé Cesairé no es otra cosa que un profundo humanismo, "una fraternidad con todos los hombres". El reconocimiento con el que sufre, con el ser de carne y hueso, explotado y humillado por un sistema injusto, esa enorme solidaridad con el que lucha junto a nosotros hombro con hombro; conceptos que se adelantarían casi tres décadas a la visión de El Che Guevara. Y aquí quiero apuntar que aunque no tengo el dato preciso, estoy seguro de que el Che conocía la obra de este poeta, siendo también influido por él.
---En sus discursos Ernesto Guevara gustaba de repetir una frase de José Martí:
---Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre.
---Aimé Cesairé por su parte escribió.
---No hay en el mundo un pobre tipo linchado, un pobre hombre torturado en quien yo no sea asesinado y humillado.
---Seguramente —vía los vasos comunicantes de las Antillas— la hermandad del pensamiento martiano se universaliza.
---Además de todo esto, tenemos su enorme poesía.
---La poesía de Cesairé es volcánica, mineral, maternal, contingente y expansiva, donde cabe todo el universo, desde las raíces africanas, al vanguardismo surrealista y expresionista, un canto ancestral, un ritmo primigenio y en ebullición constante, una cosmogonía deslumbrante en imaginación y sensualidad; su poesía es magia tradicional, negrísima brujería que hipnotiza al lector-receptor hasta el brutal estiramiento de su psique:

-
por el cielo desquiciado
por las estrellas estalladas
por el silencio tutelar
de muy lejos, del ultrayó vengo hacia ti
mujer surgida de la albura
de ojos como heridas mal cerradas
sobre el pudor de haber nacido.
-
¡Ha muerto Cesairé! ¡La prueba viviente de que la poesía en verdad puede cambiar al mundo y al hombre! Y yo me lamento, de verdad lo amaba, y junto con él maldigo:
¡Dios mío!
duramente escupo a la cara de los que hambrean a otros, a la cara de los
ofensores
a la cara de los parásitos y de los destripadores.

Y por él, hoy muerto, prometo públicamente nunca dejar de luchar hasta mi último aliento contra los opresores de mi pueblo.
Ha muerto uno de los más grandes, el de la dignidad enardecida. Damas y caballeros, no pido silencio, todo lo contrario, demando, exijo alaridos.

Nazario Soto

CHAPALEO.-

El ligero chapaleo de las olas acariciaba sus mejillas. Este placer fue de inmediato desplazado por la aterradora certeza de que el agua iba cubriendo su sexo, su cintura, su boca… ¡Tenía que salir de allí! Por más que pataleaba y daba brazadas, no avanzaba, al contrario el agua la iba cubriendo casi por completo. Se sintió como una marioneta como esas que viera en el circo que se ponía en el baldío de la esquina de su cuadra cada semana de Pascua y por Navidad. Al igual que ellas se contorsionaba, pataleaba, daba brazadas, pataleaba… ¿No era así como se nadaba, es que ella sabía nadar? Sentía que se hundía cada vez más. Su cuerpo presintió con un placer mórbido el tibio y acogedor lecho del lago… Creyó que sin remedio era su fin. Ella, un cadáver… Ella que se quedara sin ir al velorio de Monchito el de doña Rosa la de la esquina, porque su madre le dijo que nada tenía que hacer allí, que era una escuincla, que qué sabía de la muerte. Si la hubiera dejado acercarse aunque sea a la banqueta a tomarse una canela, si tan siquiera hubiera escuchado el lastimoso llanto de la madre y sus comadres tal como le contara Adelita su mejor amiga. Al día siguiente no se hablaría de otra cosa: “niña ahogada en el lago, no sabía nadar…
---Ella que tan sólo meterse a bañar en la tina que ponía la abuela en el patio le daba miedo…
---Las destempladas risas de Rogelio llegaban hasta ella mientras luchaba por salir a la superficie. No le perdonaba que en un momento como ese se burlara. Pero qué más daba. ¿A donde iría tendrían importancia los perdones?

---En cuanto sonó la campana del recreo Adelita y María se fueron a sentar a la banca esa que está afuera de la dirección, franqueada por un frondoso guayabo y una fuente. Tenían mucho que contarse:
---¿Qué te pareció el nuevo? –Preguntó Adelita con impaciencia. Ésta sonrojándose contestó:
---–¿Rogelio? muy guapo, a que me lo hago novio, ahí tienes que es vecino de mi calle.
---Dijo esto con impaciencia antes de que a su amiga se le ocurriera decir lo mismo. En eso un fuerte crujido proveniente del árbol se dejó oír y en seguida vieron como el mismísimo Rogelio caía al agua de la fuente provocando un fuerte chapaleo que las salpicó toditas.
---Pensándolo bien era mejor ahogarse. Desde la metida de pata en la escuela, mal le había vuelto a dar la cara a Rogelio. Grande fue su sorpresa esa mañana del paseo al lago al ver que estaba incluido en la comitiva; sus respectivas madres no habían perdido el tiempo en hacerse amigas. No sabía de qué se sentía más avergonzada, si del traje de baño que su madre insistió en comprarle –ese ridículo traje con faldón que le llegaba hasta las rodillas y que ahora se le enredaba más arriba de los codos–, o de que ni siquiera era capaz de flotar. La socarrona voz de Rogelio acompañada de las carcajadas de toda la chiquillería, llegó hasta ella: –“Sólo ponte de pie, si estás en la meritita orilla”.
---Juntaba conchitas a la orilla del lago. La modestia de éstas no lograba quitarle ese sentimiento de culpabilidad que siempre la invadía por separarlas de su entorno, les decía para consolarlas que irían a parar a su ya basta colección de madreperlas que guardaba en un pomo de mayonesa vacío que le diera su madre, y que mantenía debajo de su cama en un cajón junto con todos sus demás tesoros: la medalla a la aplicación que le diera su maestra Lupita del año pasado, una vieja credencial de su padre, los broches de concha nácar que se ponía los domingos para ir a misa. Mientras recogía una más de sus preciadas conchitas comenzó a escuchar la monótona voz de la abuela que inició su plática con el estribillo de siempre:
---–“En mis tiempos que esperanzas que el agua estuviera tan retirada, llegaba hasta aquí merito, hasta el malecón, si hasta oleaje había. Para ir a la isla de los alacranes se tomaba una lancha, no que ahora casi, casi, se podría ir caminando. La gente de alcurnia tenía su casa aquí mero en la rivera, yo me daba de santos con que me trajeran allaaá cada venida de obispo. Cuántas parejas se vinieron a pasar su luna de miel aquí en la laguna, yo ni siquiera al rancho, ya con casarme me di por bien servida…”
---Rogelio y sus hermanas me fisgaban con el rabillo del ojo. Sentí coraje. No sabía si más contra ellos o con mi madre, que me impuso este traje de baño que con poquito que me echara un brinco me podría servir hasta de paracaídas. La voz de mi abuela seguía diciendo:
---–“ah pero que pescado tan blanco, tan exquisito se sacaba de aquí del lago en tiempos de mis mocedades, ni el de Pátzcuaro se le asemejaba, tan blandito que nomás se lo metía uno a la boca y se desbarataba solito…”
---En eso se interrumpió para interpelarme con acides:
---–¿Qué no te piensas meter al agua María? Mocosa melindrosa, si yo no estuviera tan añeja, me canso que ya andaría dando mi buena nadada, Pero no… ahora con las reumas y tanto lirio capaz que ahí quedo.
---Al son de la voz de mi abuela Rogelio y sus hermanas me jalonearon para meterme hasta donde el agua me daba a la cintura, y vaya que estaba calientita, no helada como me la imaginaba. Como siguieron metiéndome más adentro, aterrada comencé a chillarles que no sabía nadar, pero enseguida cerré la boca para que no se me metiera el agua. Patalee y di brazadas como loca poseída. Con cada chapaleo el traje de baño se me enredaba cada vez más entre los brazos, lo maldije, pero enseguida mejor me puse a rezar. Me salían a trompicones trocitos de Aves Marías, intercalados con los del Padre Nuestro, hasta me quise persignar pero el traje me lo impedía…
---Ya me veía en los titulares del periódico que mi padre lee con parsimonia, siempre en voz alta después de comer: “niña ahogada en el lago, el lirio entorpece su búsqueda…” De pronto la voz de mi madre me puso a flote, sí, mi madre, gritándome al tiempo que me jaloneaba las sábanas: –“levántate muchacha cochina, tan grandota y todavía miándote en la cama”.
Sylvia O González
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Cuentos de la Lotería
El Apache

Aquella vez llegué con la ilusión de volver a ver a mis compañeros de primaria después de más de cuarenta años y sólo me encontré con Esther. –¿Y los demás? Le pregunté. –No sé aun no llegan. Me contestó y luego me dijo: –mira, la foto de cuando salimos sexto año.
---Vi a mis compañeros; a Luis El Repollo, a Pancho y José los compadres, a Marthita (que me gustaba mucho); a Sebastián con el que me juntaba a jugar trompo y canicas y Ramón El Apache, entre otros.
---Esther siempre le dio por organizar al grupo de la escuela, ella era la que nos animaba a hacer las posadas o a celebrar el cumpleaños de los demás. Los del salón, en un principio no participábamos, pero luego Esther, con su jiribilla, nos contagiaba y al rato todos andábamos adornando el salón o haciendo las piñatas o los bolos.
---El día de la graduación, Esther nos invitó a que nos reuniéramos cada año y como no le hacíamos caso entonces ella fue con cada uno de nosotros y nos hizo prometer que nos juntaríamos. Yo le dije que sí para que no estuviera dando lata, ya que me pasé ese día cuidando a Marthita porque los compadres, Pancho y José, andaban detrás de ella y le jalaban las trenzas.
---Pasaron muchos años, me olvidé de mis compañeros de la primaria, hice mi vida en Estados Unidos y de pronto recibí la llamada de Esther. –¿Desde cuándo estás haciendo la reunión? Le pregunte cuando llegué, ella me contestó que desde hacía una década. –Cada año vengo y los espero, eres el primero que viene.
---Me dio mucha tristeza y remordimiento después de recordar anécdotas, reírnos hasta llorar de nuestras travesuras, me despedí prometiéndole volver el siguiente año.
---Pasaron cinco años y Esther y yo acudíamos a la cita; y cuando perdíamos las esperanzas llegaron los compadres Pancho y José. Qué alegría nos dio volvernos a encontrar. Otra vez contamos las mismas anécdotas, de cómo Ramón El Apache era muy reservado. –Sí, era callado, observó Pancho, pero cuando hablaba lo hacía con tino y en su lugar. José asintió lo que su compadre dijo y luego preguntaron por Marthita y todos me miraron. –Yo no sé, les dije, ese fue un amor de niños. José había escuchado que Marthita se había casado y le había ido muy mal... hasta le acomodaba su viejo sus buenos chingadazos. Al terminar nuestra reunión, todos nos comprometimos a vernos el año siguiente.
---Con ansias esperé los larguísimos 365 días y acudí a la cita muy nervioso. Ahí estaban ya mis compañeros y uno nuevo: Luis el Repollo y otros tres compañeros. Los abracé con mucho cariño y lo primero que me dijo El Repollo fue: –Vi a Marthita y me dijo que va a venir el año que entra. Ese día fue inolvidable para mí, repetimos las anécdotas y nos reímos –¿te acuerdas de El Apache? –sí, hombre, el que nunca hablaba, pero cuando lo hacía... Ni sabes. Una vez el maestro le preguntó al Apache que qué hubiera pasado si en vez de los españoles nos hubieran conquistado los Ingleses y el Apache respondió que nada que su abuelita seguiría siendo india de Mezcala y como él; y que los demás mexicanos en vez de prietos y chaparros, seríamos altos y güeros, pero igual de conformistas, envidiosos, convenencieros y chingativos.
---Esa anécdota la contábamos todos los años. Ya se imaginarán ustedes con qué desesperación soporté doce eternos meses para la siguiente reunión. El día llegó y yo me moría de ansiedad. A propósito llegué un poco tarde para prolongar mi emoción. ¡Que dicha!, ¡qué placer! ahí estaban, no sólo Marthita (que se me hizo igual de bonita que cuando la vi de niña), sino cuatro más de mis compañeros, entre ellos Sebastián con el que jugaba trompo y canicas. Las anécdotas escolares se enriquecieron, hablamos de nuestros hijos, del trabajo, preguntamos por compañeros de otros grupos, supimos noticias buenas y malas de los demás. Yo me sentía feliz y le agradecí a Esther, como todos los demás, su iniciativa de reunirnos.
---Pasaron varios años en que ninguno de los compañeros de la clase de Primero "A" turno matutino de la Escuela Ramón Corona dejara de faltar a la reunión; estábamos completos, bueno... casi, sólo faltaba Ramón El Apache. El Chilo López dijo que lo había visto una vez y le informó sobre la reunión, pero dijo el Apache que aún no estaba listo para venir.
---Tuvieron que pasar dos años para que el grupo de mi salón se completara, porque El Apache llegó esa vez a la mitad de la reunión. Todos lo abrazamos y lo saludamos. Él, muy serio, como siempre nos miraba.
---–¿Qué pasó contigo hermano? dijo a modo de saludo Luis El Repollo. –Me dio un infarto hace tiempo y casi me morí. ¿Te acuerdas Chilo que me viste? –dijo el Apache muy serio y el Chilo López contestó: –sí, luego te desapareciste... –Pero qué bueno que ya estás aquí, intervino Esther.
---Ramón El Apache nos observó a todos y dijo: –Pues claro, ya estoy muerto como ustedes. Todos nos reímos de su ocurrencia y comenzamos la conversación, las anécdotas y las bromas y como cada dos de noviembre de todos los años, le entramos a la comida que nuestros parientes nos ofrecieron en los altares.
Javier Raygoza Munguía

Azúcar morena

Entre las espirales del vapor
Tú, piel de cacao tostado, te vas dibujando
Bebida de los dioses
Apresurada en un jarro de barro negro

Mi sed hubiste saciado terrón de azúcar mascabado
Dulcificas mi agua y luego dejas que me apague
Con el viento de tu destiempo
Porque al alba… tu mi olvido también has cosechado
En la soledad de mi alma te espere
Sin buscarte te encontré
Tu refugio cóncavo en almohada para mí trocado
El olor de la vida se respira en nosotros
Nosotros, aquellos, los postergados en una
Luna enmarcados…

Espacios delimitados, desapego, desamor
Ilusiones masacradas, risas enjauladas
Brillos opacados,
Te sigo esperando y el sigue girando y girando

Con la espirales tú, permutado casi divinizado
Te elevas tanto que mi mirada
Se va acostumbrando a no buscar
A no llorar y la memoria a olvidar…

Carmen Dolores Murillo Muñoz
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*
Al caminante.

Al que busca y no encuentra
al que haya sin buscar
al que va por el camino
lleno de soledad.

Al que refleja en su vida
lo que sueña y no realiza
el que sigue su camino
con esperanza de encontrar.

Al que sigue la voz
de un buen compañero
que sin pena ayuda
al buen viajero.

Al que todo logra y nada teme
porque el que viene
es el que camina siempre.

Aquel que se acerca y nunca se cansa
aquel caminante
que busca su casa.

Aquel que sigue de frente
sin caerse camina
de este mundo en mente.

Karen Michel
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*
Tú / Yo (a mi muerte)

Tu imagen en el retrato
máquina de tiempo pasado
con un presente sin futuro;
onírica niebla.

El espejo muestra
señales de paso
que no terminan
fijas marcas.

Incontables recuerdos
perdidos en la bruma
de un tiempo que no está;
zumbante inquietud.

Hondas arrugas
marcando el paso
archivos de vida
sin palabras.

Canas que vienen
que se caen
dejando sólo un pellejo
colgado de un cráneo.
.
Triste

Una melancolía
en forma de espina de pescado
se me atravesó en la garganta.

Mis ojos
----------arroyos,
--------------agua del cielo,
-------------------------de cerro
-------------------------------y al lago
----------------------------------donde más peces.
.
Calor

...este fuego que lame mi entrepierna,
hasta arrancarme los vellos,
uno a uno,
que arde y no consume,
que me enciende,
hasta la locura,
y la conciencia
-----------de que estoy vivo...
Joel Gómez