02 mayo 2011

Editorial



Hay en la historia de todos los proyectos humanos episodios de lenta transición, de receso o de pausa para reflexionar el porqué y el cómo se están tratando de alcanzar las metas propuestas en el origen. En Meretrices nos estamos adaptando a tiempos bizarros y violentos, en los que suceden cosas extrañas. Hay hombres matando a hombres en las calles, adolescentes con armas tirando a matar a adolescentes de barrios contrarios, mujeres participando en secuestros donde las victimas sufren todo tipo de vejaciones, políticos mintiendo más de la cuenta, glaciares deshidratándose y pájaros muertos en algunas plazas públicas del mundo. El panorama es gris y desalentador. Hace poco un buen amigo me contó que están por desaparecer las materias de humanidades del nivel medio de educación: literatura, por ejemplo, en algunos planteles ya no se imparte.



Nosotros seguimos creyendo que la conciencia y la creación humanas son indispensables para el tiempo que se acerca. Tenemos fe, y es una fe polémica, como debe ser toda fe que se digne de serlo, de que debemos cambiar nuestra noción del enemigo. Dejar de atacarnos unos a otros y usar esa energía para unirnos e intentar construir un país donde quepamos todos, donde nadie tenga que ser sacrificado como en tiempos remotos, donde la injusticia no sea y las condiciones para vivir nos procuren la dignidad y la quietud que el humano necesita para resolver problemas de orden superior. En realidad, a pesar de lo utópico que esto suena no es imposible, podríamos hacerlo si nos pusiéramos todos de acuerdo, somos más, muchos más y el resulto es cada vez más inevitable.



Seguiremos colgados del arte y de la cultura en la lección cotidiana. Son nuestras herramientas y nuestras armas de pacificación. Lo hemos dicho y lo sostendremos. A ti te agradecemos apoyarnos y creer en este que se convierte ya en animal mitológico y producto de la fantasía o del olvido.



En esta edición de la revista nos honramos al contar con una de las leyendas populares del rock en español: Agustín Villa “El Cala”, vocalista de la conocida banda Rostros Ocultos que cumple poco más de 25 años de carrera artística. Nos compartió opiniones que consideramos valiosas. También nos acompañan, como siempre, los mejores colaboradores: con trayectoria o sin ella, regionales o internacionales, artistas u observadores, la voz, la voz del arte en el ejercicio de la verdad es lo que hace latir nuestro corazón de papel.



Aquí estamos para ti, lector, y aunque tardó un poco en aparecer esta edición tenemos la certeza de que únicamente fue por esa pausa necesaria que nos deja hoy frente a ti con la misma fuerza con la que iniciamos. Nos seguimos leyendo.



El Editor.
Mario Z Puglisi

El Recuerdo León que ahora es astro


A Ricardo.








Parece que ahora me toca a mí.



Hago un viaje en piloto automático para alejarme de todo. Me bajo del bus que no es, y camino despacito, porque todo me duele. Escondida en una ciudad tocaya me atrevo por fin a mirar hacia el cielo, me abraza su gris… el frío que hace hoy no me molesta. Por fin, de no sé dónde, he encontrado cojones para mirar las fotos, revisar el correo, leer los artículos. Que falleció el poeta, dicen unos. Que en el Beth Israel a las 11 y 55. Que su legado de letras y risas, dicen todos. El Man-hattan se vuelve recuerdo, y uno tan pálido, tan imbecil, tan incapaz de ofrecer algo propio sin embadurnarlo de tristeza, sólo espera.

El martes me dijeron que el Poe iba mejorcito. Que respiraba mejor y que con sus ojos hacia travesuras, mientras le señalaba a su Tata y a mi David, que ya estaba aburrido de ese sitio, que quería irse con ellos. Yo andaba en casa de Andrea Tierra, así que Edmar Castañeda aprovecho para tocar el arpa, mientras ella y yo le botábamos besitos por teléfono. El jueves era mi turno para cuidarlo. Como tantos estaban yendo a visitarlo, tocaba tomar turnos. Aquí es cuando todo empieza a arder. La nostalgia que se me enredó cuando llegué a verlo, no me la quita nadie. No me la quitan. No.

En el 2000 y de la mano de la poesía, llegué con mi sombrero, mi inocencia enterita y mi fastidio de entrevistas y amarillismos, a la oficina de Ricardo en el Diario/La Prensa. Me miró con el asco de quien ya ha escuchado el cuento de la niña poeta y no quiere ser parte de semejante barbaridad, pero sin embargo cumple el papel de periodista y saluda. Sí, llevaba la boina blanca y su bufanda naranja. Nos encerramos en un cuarto a conversar, y salimos abrazados y muertos de la risa, porque ahora éramos amigos. El articulo que escribió, me abrazaba con todo su eneyé. Decía: “Bienvenida a Nueva York, princesa de los poetas”. Porque así era él, coqueto y amoroso para todos. Exageración de amor, pienso ahora, que tantos se tapan las lágrimas para reír como él quería.

Después llegaron las visitas al 3D. Mis padres preocupados porque en la bohemia de ese sitio “la fumaban verde”, y no era el ambiente para un niño… pero igual siempre volvíamos. Tango nada más miraba con nariz de rey, mientras Gajaka, José Osorio, Anita la española, y el sin fin de personajes, entraban uno por uno a otorgar sus historias, sus bailes, sus atrevimientos, al templo de vida que es su casa.

Crecí y seguí volviendo a ver al Poe. A participar en los encuentros de nueva poesía en el jardín de St.Marks, y en todo lado. A vestirme de colores para la marcha alegre. A compartir amor y verso en el Nuyorikan, en Julia de Burgos, en La Nacional, en Revolution Books, en cada esquina, en la emisora, en Terraza, en Rose, en todo lado. A improvisar borracha un poema, para ganarme un beso y un regaño, porque igual, yo los leía muy rápido y a él le sonaban mejor. Hablar por messenger cuando estaba lejos. No olvidar la botella de red label y la cajita de marlboro, o un almuerzo de donde Adela, porque uno sabía que había que traer ofrendas, que las visitas eran largas, que la garganta iba a arder después de tanto desorden, pero que uno salía feliz y lleno de magia.

Yo me enamoré por primera vez ahí en umbrella. Todo lo que tuve antes fue un desperdicio de cuerpos y formalidades. En una de las sesiones de bohemia, llegaron con tambores, trago y guitarras… sólo recuerdo que abrí los ojos y estaba sentada en el piso, debajito del muchacho de pantalones rotos, canas, pelo largo y guitarra. Saz! Flechazo inmediato. De repente estaba cantando y el Poe tomándonos fotos, y sonriendo. David, el mechudito, siguiendo la magia de la casa, me regaló un beso que aún me alegra los labios, y eso ya hace casi 4 años. ¿Ya se te acabó el amor? Preguntaba molestando el Poe siempre que yo decidía enredarme con otro, porque le encantaba verme sonrojar, tratar inútilmente de cambiarle el tema, dármelas de machita y ponerme a escribir en vez de hablar de desamores. Pícaro, confidente de David, me invitaba cada 8 días a su casa con cualquier excusa, para que el flaco y yo volviéramos a vernos, a bailarnos, a romantiquiar un rato. –Ustedes dos van a terminar juntos- le aseguraba con cara de brujo a él, mientras brindaban solos y se reían.

El jueves llegué tarde a nuestra cita, no a la 1 sino a las 4 de la tarde, porque el tiempo iba lento, el aire estaba espeso, y la lluvia me había emparamado las botas. Me tocó arrastrarme hasta el séptimo piso. Dormía, solito. En la cama del hospital enredé un colibrí, porque él estaba esperando la primavera. En la pared ya no cabían más notas deseosas de tenerlo de vuelta. Yo sabía que este jueves no era normal, porque se me había metido en un sueño a besarme la frente, como lo prometió una vez que nos quedamos bebiendo hasta por la mañana, escribiendo y hablando de qué y cómo íbamos a hacer para no llegar a viejos. Todo esto me sabe a mala broma. No me la creo, no. En la feria del libro de Queens en Noviembre, nos sentamos a vender libritos toda la tarde, hasta que encontró una escoba, se subió en ella, y se fue entre carcajadas, para prender su cigarro. Nos peleamos un poquito, porque yo ya había dejado el cigarro y él decía que quería otro poquito. Me daba rabia pero me antojaba ser humo también. Ahora, que al amor ya lo había vuelto a encontrar, me tocaba llamar a la Tata y decirle que si venia corriendo, que porque los doctores no me daban información por no ser de la familia. Los doctores no saben que uno es familia de quien elige, y nosotros éramos hermanos desde siempre.

-Nanda Arias, libélula, ven corriendo! llama a José Osorio, dile que se venga de Colombia!- Todo en cámara lenta. Luego llegó David, con los ojos cansados y sin canción, más triste que nunca, como un niño extraviado. Llegaron todos en la nochecita: El Nico, callado y asustado, Andrea y Edmar, Ana, Miguel, la prima, la familia...después Diana y Luis, Natalia, todos los que en la ausencia también nos acompañaban. Todo mundo llamando, mandando mensajes, rebozando la copa de la buena vibra. El resto todo es un mal sueño. Quiero arrancármelo porque mi Poe es más que los ojos nublados, las gotitas de rescate, el silencio absoluto, la espera interminable. Esa hojita larga que sale de la maquina cuando los doctores reviven a sus enfermos, salió con un poema en rayitas, y ahí fue cuando me rompí. Hasta en la despedida, de una u otra forma, escribía un verso.

Parece que ahora me toca a mí. ¿Decir adiós? Creí que éramos inmortales. Yerba mala nunca muere, me dijo una amiga cuando le conté que andabas como medio enfermito. Tocó reconocer que la inocencia se me fue. Que no soy de piedra ni de miel ni de río. Que tengo un canto triste enredadito en el cuello, el frío de sus manos en las mías, el gris que desde entonces pinta todo el cielo, el temblor que en este lado del mundo arrebata en oleadas de tristeza la calma de la ciudad que amaba. Ricardo León Peña-Villa, ahora veo a Manhattan con tus ojos, y todo lo amo el triple, todo lo veo tan mágico, tan hecho de poesía, de flores amarillas, de paisajes rotos… Parece que ahora me toca a mi, reconocer que la muerte no es mas que un viaje tuyo a convertirte en astro. Jotica Arbelaez el nadaísta, me decía que eso hacen los poetas cuando se van.



Ahora todo es buscarte: En la noche, en las paredes, en Tata, en los amigos. A las 3 de la mañana en los pasos de la casa 3C y la luz anaranjada que le da vueltas a ella, mientras suenan tus favoritas. Piazzola, Piaf, Los Lebron, Lavoe, La negra Sosa, Sabines y por supuesto, ‘Palabras para Julia’, que ahora es himno. En libros, en noticias, en callejones oscuros de recuerdos que no vuelven… Parece que ahora me toca a mí, esperar la primavera con tus ansias locas. Es mi turno de reconocer que permaneces, que eres, que habitas Nueva York de forma infinita.

Qué fortuna y que honor, mi Poe, celebrarte en la abundancia de amigos que te invocan. Despertarme envuelta en los brazos del hechicero que me presentaste, y verlo decirme amor, y saber que es verdad. Recoger los versos, las fotos, la boina verde que me regalaste, los te quiero susurrados al oído que ahora más que nunca resuenan en mi alma. Cada letra, cada abrazo, cada risa, volverlos armadura y así salir al mundo a celebrarte. No quería que fuera así. Pensé que nos íbamos todos a Paris. Cuando cerraste los ojos y pude entrar a besarte, mire hacia el cielo para ver si de pronto te encontraba volando por ahí todavía. Ahora quien me borra ese azul de los ojos?

Hace 15 años veo el 11:11 todos los días. Lo llevo en la piel como adorno de colores porque dicen que significa feliz encuentro. Hasta eso vuelves tuyo, Ricardo. Estás en todas las cosas... la hora, la fecha, el año, todos como el final perfecto de tu historia. Ahora que también eres astro, querido Richard Lion Stone Village, hombre amor, Recuerdo León, Canción de Tata, sol de tantos…
Ahora que también eres astro, reposa tu voz en nuestra pluma.






Elizabeth Torres (Bogotá, Colombia, 1987)
Artista, escritora, empresaria, conferencista.
Directora de la revista Red Door New York.

La homosexualidad, ¿Se Cura?



Salió a la luz que el Gobierno del Estado financió con recursos públicos un curso organizado por la Iglesia católica para: “Sanar de la enfermedad la homosexualidad y vivir en castidad”. Courage Latino es la organización que se encarga de proporcionar herramientas prácticas con el fin de evitar la homosexualidad y la masturbación.



¿La homosexualidad tiene cura? La pregunta es incorrecta y falsa, según la Asociación Psiquiátrica Americana en el Manual de clasificación de los trastornos mentales la homosexualidad no es clasificada como una enfermedad y no existe ningún tratamiento médico o psicológico que permita cambiar o modificar la orientación sexual. La orientación sexual se específica durante la adolescencia, en algunas personas se producen transiciones de una orientación a otra, es decir de hetero a homosexual o viceversa. Mientras no se conozcan definitivamente las causas de la homosexualidad los conocimientos de que se dispone no son suficientes para afirmar que con un curso la orientación sexual se pueda modificar. A pesar de los intentos de la Medicina con sus tratamientos hormonales, de la psicología con terapias de conversión, de la educación, las medidas sociales o legales, no se ha logrado cambiar la preferencia sexual.



Ron Hubbar fundador de la “Cienciología”, un verdadero homofóbico, califica a la homosexualidad y al lesbianismo como perversiones sexuales y propone curas para evitar que la enfermedad se propague por el mundo. Tom Cruise, entre muchos artistas famosos son fanáticos de esta corriente.



La sociedad jalisciense es considerada homofóbica a pesar de que la población homosexual se ha incrementado de manera significativa. El cardenal Juan Sandoval se declara abiertamente homofóbico y se opone rotundamente contra los matrimonios (Ley de sociedad de convivencia) entre personas del mismo sexo, debate ampliamente difundido contra Marcelo Ebrad que declara al Gobierno del Distrito Federal como sociedad incluyente.



Acudí a una boda, me pareció una falta de respeto para los contrayentes que durante la homilía el sacerdote se la pasara hablando de la oposición de la Iglesia católica contra los matrimonios del mismo sexo, “para qué tanto ruido”, pensé, en una boda de heterosexuales.



La preferencia homosexual parece un invento del hombre moderno, la historia muestra lo contrario, en la Grecia antigua se consideraba normal que el joven adolescente fuera el amante de un hombre mayor, el cual se ocupaba de su educación como padre adoptivo.



Durante la época Nazi, se consideró a la homosexualidad como defecto genético por lo que se aplicó una ley que castigaba con cárcel y se obligaba a que utilizaran una insignia con un triángulo invertido de color rosa. La represión fue bárbara, mandaron a prisión a 100 mil judíos homosexuales de los cuales una gran parte de ellos terminó en los campos de concentración.



Seguramente que algunos políticos y religiosos quisieran llevarla a cabo, lo más curioso del asunto es que aquellos que no han “salido del closet” son los más homofóbicos, ciertamente escuchan pasos en la azotea, les recomiendo echar un vistazo al interior “Lo que te choca te checa”.



Courage Latino, promueve a través de terapias, curar la homosexualidad, por el contrario, reprimir la orientación sexual provoca daños psicológicos graves, compulsiones como la pederastia. Lo criticable del hecho, que se promocionen cursos tan absurdos violando el estado laico, tal parece que el Arzobispado y el Gobierno del Estado acaban de descubrir el hilo negro.



No olvidarnos que las sociedades modernas tienen que ser incluyentes:


“El respeto al derecho ajeno es la paz”, tenemos que vivir los valores de la democracia: respeto, tolerancia, libertad y responsabilidad, sin importar la preferencia sexual.






Rosa Chávez Cárdenas (Sayula, Jalisco, 1955)
Psicologa, Doctorado en Homeopatía, Terapeuta Fam. Escritora del libro Discapacidad…encontrarle sentido al dolor y Los Padres Malabaristas

DEL AMOR Y OTROS DIVORCIOS



A causa del amor, el vacío se anima y se diferencia por las fuerzas que se atraen y se rechazan y que, por lo tanto, determinan forma y movimiento, mundo y persona; deseo, sufrimiento y gozo, puesto que el amor es el iniciador de todo cuanto existe. Lo contrario –a la ausencia de amor– llamaremos nada, explica Denis de Rougemont en Los mitos del amor (Barcelona, 1999: 213, 201). El autor nos habla de cuatro estados o estadios del amor: 1:La visión intuitiva, como acto del espíritu y conocimiento activo, 2. La emoción del Eros, que procede del alma, 3. El placer sexual, llamada física, aunque el sexo está vinculado a la voluntad del intelecto y, 4. La energía cósmica, alcanzada sólo por el pensamiento, pero a través del mundo de las sensaciones. La dialéctica del amor es abordada por este ensayista suizo, desde la perspectiva de otro libro anterior, Amor y Occidente (1979), donde se ocupa del amor-pasión, de los mitos del alma y del misterio de la persona.


Según Benedetto Croce (Apud Rougemont, Amor y Occidente), el matrimonio es una elección; aunque si se parte de esta premisa, se puede deducir que el divorcio constituye una decisión, una determinación que puede desembocar en suicidios, citas con el psicoterapeuta y “mil y un encantadores gorgoritos”, como diría Gorostiza en Muerte sin fin. Afortunadamente no es el caso de Miguel Ángel Duque (SLP, mayo 9 de 1970), quien a través de 23 textos nos presenta otra visión –y dimensión– del amor, otros aspectos y demás mitos que devienen en mitote. El amor puede ser asumido como fuente periodística y las lágrimas se metamorfosean en lugar común.


Sarcasmo, ironía, guiños intelectuales, humor y rumor corrosivo, punzante, se confabulan para generar un volumen denominado Por divorcio necesario se busca nueva compañera y otros poemas de amor*. Un título tramposo a todas luces, porque puede servir como anuncio publicitario, como aviso de ocasión. Dominas y ninfetas: aquí hay un varón que pretende amancebarse de nueva cuenta, sugiere el título. El dolor, las voces de humano olor (Orlando Guillén dixit) son disfrazadas con el tono sardónico, lo cual vuelve al libro un divertimento, pero muy en serio, donde se advierten diálogos cuasi platónicos entre Ulises y Penélope, que teje la cobija del escarnio público con libelos y declaraciones inquisitorias, reflexiones atinadas donde se advierte que mentir no es más que “deslave de la contradicción” (p. 26)


Ante el divorcio, la pareja se transforma en “hemistiquios de un verso contrapuesto” (p. 41). Pero si el amor en Occidente, según Rougemont, es pasión y ésta significa sufrimiento, ¿qué hacer ante las condiciones que plantea una separación, en este caso un divorcio? Hombre de honor caballeresco, armado con yelmo literario y cota sensitiva, Miguel Ángel Duque se plantea: ¿escribir una novela, un ensayo en verso, un poema narrativo acerca de la tiranía del amor? (p. 29). El resultado es este volumen donde confluyen la sátira, las intenciones cuasi epigramáticas, el humor cáustico, virulento, símiles y metáforas novedosas que van desde la guerra florida al muro de lamentaciones, de campañas electorales y acuerdos políticos, hasta el abstencionismo.


El poema inicial, basado en la I Carta a los Corintios (13:1-13), establece los linderos, las directrices por las que aparentemente va el libro que nos ocupa; aunque preciso que los versículos adaptados revelan que el amor es el mayor de los dones (Biblia, versiones de Nacar-Colunga y Reyna-Valera, respectivamente). Pero en la Biblia de Jerusalem, el amor –traducido muchas veces como caridad– se concibe como servicio o principio activo, (I Ts. 1:3, He. 6: 10) y como principio permanente [el amor nunca deja de ser] (I Co. 13: 8, 13). La caridad, pues, es el mayor de los dones.


Curiosamente, los griegos representaban a la Cáritas como una mujer de enormes pechos, amamantando a una criatura (por eso sugiero: para ser felices es indispensable buscar a las mujeres caritativas). “Buscad la caridad, pero aspirad también a los dones espirituales, especialmente a la profecía. Pues el que habla en lengua no habla a los hombres sino a Dios” (I Co. 14:1-2), citaría a la Biblia de Jerusalem.


Siguiendo a la escritura bíblica, termino precisando: Miguel Ángel Duque profetiza y escribe en la lengua con la que el pueblo suele fablar a su vecino (Berceo dixit); pero el autor potosino también le habla a Dios puesto que vox populi, vox Dei (la voz del pueblo es la voz de Dios). Todo lo demás es lo de menos.



*Miguel Ángel Duque Hernández, Por divorcio necesario se busca nueva compañera y otros poemas de amor, UASLP, Méx., 2010, 65 pp.





Óscar Wong (Chiapas, 1948)
Poeta, narrador, ensayista, periodista y crítico literario. Estudió letras hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ha colaborado en los suplementos Diorama de la Cultura, de Excélsior; Revista Mexicana de Cultura, de El Nacional; El Gallo Ilustrado, de El Día; y El Heraldo Cultural, así como de las revistas Diálogos, Plural y Cosmos y de los diarios Ovaciones, El Nacional y Excélsior. En el extranjero ha sido colaborador de Alero (Guatemala), Azor (Barcelona), Poesía Hispánica (Madrid), Arte Poético y Cauce (Perú), Árbol de Fuego (Caracas), Poesía en Venezuela y Espiral (Bogotá).

Inocente Colectivo





En el transcurso de la publicación de estos relatos, me topé con la agresión a uno de los estudiantes de la UACJ que se manifestaba en el Foro Internacional En Contra de la Militarización y la Violencia, en la cual yo participaba. Una agresión de un disparo cobarde, por la espalda, de uno de los elementos de la Policía Federal Preventiva al joven José Darío Álvarez Orrantia, a quien le dedico este trabajo con todo el cariño posible.



La primera frase, o por qué no, poema, la rayaste en ese puente donde tiempo atrás un hombre había sido colgado desnudo y sin cabeza. Esa frase la deletreaste ya abajo:



“Los amigos del barrio pueden desaparecer; la persona que amas puede desaparecer”.



La siguiente en un crucero donde vieron por última vez a Melisa, tu amiga que ahora sólo ves en pesquisas. Te dispusiste a pintar en una pared la imagen del rostro de Melisa en rojo. De pronto sentiste que alguien te veía y nada; de reojo viste unas letras que decían:



“Nunca Más”.



Seguiste pintando y te sentías contento porque ella salió sonriendo. Así te gustaba recordarla. Terminaste con una frase que te gustaba tanto que solías cantarla:



“Conozco esta ciudad, no es como en los diarios”.



Y te la llevaste tarareando a casa. Ahí te bebiste unos tragos y te embriagaste, pensaste en quien te había visto, abriste una ventana y viste a una chica pintar en un baldío de tu calle esta frase:



“Nada podrá ser como antes en Juárez. Nos han enfrentado, tenemos miedo de nosotros mismos”.



Y debajo de estas líneas lo que parecía ser su nombre. Se echó la lata de pintura en la mochila y se perdió de tu mirada. Tú te fijaste que nadie la haya visto.

Apuntaste la frase de ella en tu cuaderno y lo echaste a tu mochila. Te quietaste los convers y el pantalón dikies y te recostaste en el sofá. La pondrías en lo más alto, en un espectacular para cuando ella volteara a ver al cielo la pudiera ver.



Al siguiente día la viste en el periódico: “Capturan a grafittero”. Ella posaba en la fotografía con la cabeza hacia abajo. No se le distinguía el rostro por su cabello. Sabías que era ella, por sus pantalones bombachos y su playera de tirantes. Al parecer seguía con la misma ropa del último día que la viste. Cambiaste de plan, ya no iba a hacer la frase de ella sino un viejo texto de Julio Cortázar:



“A mí también me duele”.



Y lo hiciste como lo habías pensado en el espectacular más alto y mejor aún con reflectores.






Carlos Macías Esparza, (Ciudad Juárez, Chih. 1978).
Es adherente a la Otra Campaña.
Forma parte del Colectivo José Revueltas.
Ha participado en diferentes encuentros de Escritores de la República.
Está en la Antología Cinco Escritores Jóvenes
de la frontera, del Escritor Edgar Rincón Luna.
Ha aparecido en las Revistas: Pluma del Ganso, Alforja y Va de Nuez.
Tiene el libro inédito de poemas Sobre Ruinas.
Actualmente escribe sus primeros relatos: La muerte lugar común.

Esta lengua que no me pertenece



La tierra prometida no existe. El paraíso no existe. Nada somos en esta tierra que no sea enfermedad que palpita a cada instante y en cada hueso. En este espacio entre tierra y ojo, que no sea dolor de arterias y sílabas. Entre esta lengua que no me pertenece y la que me dieron como gracia divina. Todo es silencio y bullicio entre la sien y mis manos. Sé que es temprano para irse muriendo entre el corazón y el pulmón derecho. Pero ya no hay hígado que nos aguante ni dolor que levemente soportemos, sin dejar de respirar y de exhalar, sin que seamos pura carne y latido por este cuerpo lleno de vocales y cenizas.

***



Un río invisible nos divide



La música no se logra
con arte de magia.
La palabra nace
porque tiene un rayo interior
y necesario a nuestros ojos.
Es un rayo que estremece
hasta al más ciego del mundo.

No todo es silencio y bullicio
en las calles donde murmuramos.
Ni desenfreno y fiesta
entre tus manos y mis manos.

Hay un río invisible que nos une
y nos hace enemigos.
Somos domadores
de serpientes y de bestias.

Falta mucho para cruzar
el puente de la luz que nos lleve
a la tierra de las sílabas.

Por desgracia, no nacimos hace siglos
ni tenemos el sacrificio suficiente
para alcanzar la orilla
de este río invisible que nos divide.





***





Desnudos en la intemperie





La palabra debe ser la llave
que abra las conciencias.
Abrir las puertas que nos separan
desafiar el pensamiento
y estremecer nuestra mirada horizontal.

Debe arrancar nuestros ojos y regalarlos
a los viajeros de otros mundos.

La palabra debe enterrarse en nuestra memoria
y dejar que nos descifre desde adentro.

Incendiémonos el cerebro
y quedémonos desnudos en la intemperie.

***



Los envenenados



La serpiente de la palabra
es una enfermedad agónica
en nuestra lengua.
Es mi debilidad
mi dolor que no es un simple dolor
un túnel indescifrable.

Me entrego a este vuelo luminoso
que no es una simple trayectoria lineal
de ave o rayo,
es algo más desenfrenado.

La serpiente de la palabra
no es simplemente un reptil
que se divida en símbolos
significados y significantes
al oído de los mortales

que vivimos espiando sus huellas.

Tengamos precaución
de no morir envenenados
que todavía hay luz y no todo es noche.










Augusto Rodríguez (Guayaquil, Ecuador, 1979)
Licenciado en Comunicación social.
Ha publicado los poemarios: Mientras ella mata mosquitos
(2004), Animales salvajes (2005),
La bestia que me habita (2005),
Cantos contra un dinosaurio ebrio (Barcelona, España, 2007),
Matar a la bestia –recopilación- (Guadalajara, México, 2007)
y La gramática del deseo (La Paz, Bolivia, 2009).








******************

Nuevo


La vi bajar del punto más alto:
el tango es amargo
De uno de los dos lados no reconozco
ninguna línea que detenga este poema
al que sólo le falta tu nombre

Me detengo al tomarte de la mano
entre aquellos rostros imborrables
ningún sitio es el lugar de este amante,
el que sólo te escribe al sentirte cerca

A quién le importa que nos detengamos aquí
Si la monotonía
sigue varias cuadras adelante,
chocando ventanas hundidas en el vacio

Esta frontera es
de quien no trae un peso en su bolsillo
el que trae el color de su amada en sus labios

Todo es necesario:
en esta calle que nos aleja de una herida,
el que habla un inglés impronunciable en medio del sol,
aquella cantina azulgrana donde bailamos jazz,
donde entendimos que la espera debajo de un puente es un ritual
en los ojos de este amante.




****

Incompleto




Muero arrullado en la luna de cobre
que me vio nacer

Corto la arena y sólo
queda el silencio

Como después de la muerte queda el mar
dejo los viejos nombres
que revientan el aire en los días de tormenta

Sordo entre las estatuas
abro mi corazón incompleto,
veo
cómo
la vida
se aleja



****



Joven



Cuando la nieve entraba en los huesos




y más adentro,
abría heridas

y el pasado al presente
entraba en una tormenta sin aire
(a veces sin cuerpo),
sin sangre en la pluma de tanto no escribir

Ya entrado el invierno
(al comenzar la despedida),
apretando los dedos del crepúsculo,
nos tuvimos que levantar sin alma,
con la dignidad enterrada
en alguna calle

Ya muy entrada la noche
y la vida
entendimos
que la derrota
no existe en los hombres.


Rubén Macías Esparza (Cd. Juárez, 1982)
Poeta y escritor comprometido con las causas sociales.
Ha publicado en revistas como Pluma de Ganso y Alforja.

En la ruta del Rock and Roll,


Agustín Villa "El Cala" -








Meretrices (M): Para esta edición nos honra tener en Meretrices al Cala, una figura trascendente en la música no sólo de nuestro estado sino de todo el país. Toda una leyenda del rock en español que casualmente, por los asares del destino está radicando en nuestra ribera de Chapal. Cala ¿cómo estás?, ¿qué tal tu estadía por acá?



Cala (C): Hola, bien, muy bien, gracias. Pues llevo 19 años aquí, estoy muy contento, aquí crié a mis hijas. Tengo tres hijas hermosas. Y bueno, pues opté por quedarme. Estamos a punto de editar si no es la doceava es la treceava producción celebrando los 25 años con los Rostros Ocultos, grabada en febrero del año pasado en el Teatro Diana. Considero que es uno de los documentos más importantes que hemos realizado por lo que representa para el televidente. Yo creo que va a agarrar en esencia a los Rostros Ocultos en buen momento.



M: Sí, en realidad que se dice muy fácil 25 años, pero desempeñarlos en una labor tan poco común como es el rock and roll en México ha de ser una batalla muy grande.



C: Bueno, personalmente mi pasión mayor es dedicarme a la música. Obviamente he tenido muchas etapas y alrededor de lo que he hecho. Me siento orgulloso de tener el equipo de gente que somos los Rostros Ocultos, Arturo Ybarra, Bola Domene, Alfonso Martínez y yo. Ahorita estamos con un gran tecladista, en el sentido que maneja máquinas y le da un sonido más fresco, diferente a lo que veníamos. Rostros Cultos le pusimos de un libro que escribió Salvador Dalí, que se llama así, Rostros Ocultos. En aquel momento en que escogí ese nombre significaba los rostros ocultos de la música porque creo que primero hay que ser músico y ya luego lo demás.



M: Cala ¿alguna vez, cuando eras pequeño, imaginaste que ibas a terminar en donde estás? Es decir, ¿tu vocación de músico ha sido desde siempre?



C: Claro, sí. Yo considero que desde que estaba en segundo de secundaria ya sabía lo que quería ser. Me encerraba en mi casa y ponía discos de The Ramones, de los Rolling Stones, de Sex Pistols y trataba de interpretar, de mimetizar eso. Obviamente ya con el tiempo tengo mi personalidad específica, me considero una persona de escenario, si no el mejor cantante sí afinado y que tiene mucha pasión por lo que desempeña.



M: ¿Dónde creciste Cala?



C: Yo nací en México el 10 de enero del 62. Después mis padres se vinieron a Guadalajara y ya cuando me casé pues me vine para acá. Tuve oportunidad cuando hice el disco de Huevos y Cajeta de poder comprar un pedazo aquí, que consideré el mejor lugar para estar.



M: Esta es una pregunta que imagino te ha hecho infinidad de gente a lo largo de tu carrera como músico ¿cómo es que empieza este que en su tiempo fue un gran fenómeno llamado los Rostros Ocultos?



C: Bueno, los Rostros Ocultos es el producto de la historia del grupo Montana, que se llamó Montana por una fábrica de hacer cigarros. Yo tocaba en un grupo que se llamaba Los Clips con un hermano de Kenny Avilez, de Kenny y los Eléctricos. Hicimos el primer disco, fue un compilado que se llamó Com-Rock, en los 80’s. Yo soy producto de mi maestro que me enseñó a apreciar la música, se llama Ricardo Ochoa. Ricardo Ochoa estuvo en Náhuatl, estuvo en Peace and Love, estuvo en este fenómeno que fue el Woodstock mexicano, que fue Avándaro y creo que es un pilar dentro de la música; él y Luis de Llano que estuvo detrás de lo que fue Avándaro. Que yo creo que después fue un fenómeno negativo en el sentido de que ahí se representó lo mocho de los gobernantes en ese momento que decidieron que el rock era dañino porque era sexo y drogas y yo creo que era muy estúpido porque cercenas el arte a través de un estigma. Pero bueno, Ricardo nos enseñó a hacer música. Él fue el primero que me sentó y me dijo: “¿sabes qué Cala?, ya es hora de que hagas una canción”, yo tenía 17 años. Y de allí nació El Final, que fue la primera canción que compuse y creo que es la canción que representa tanto a Los Clips, que fue mi primera banda… bueno, mi primera banda se llamó los Rockin Pills, hacíamos rockabilly, hacíamos covers de los Stray Cats, música de los Ramones, y de repente hacíamos música en inglés. Pero fuimos la primera generación que realmente hizo música en español cuando decían que hacer rock en español significaba como hacer mariachi en inglés ¿no? Siendo que ahora la música se ha mimetizado tanto que ya no tiene fronteras.



M: Si ya hay mariachi japonés.



C: Sí, y también hay cumbia argentina y muchas otras cosas que representan un momento-espacio. A mí me gusta escuchar música por lo que me hace sentir en el momento. Es como cuando le pregunté a mi amigo Jean Pierre que qué le gustaba tomar, él dijo: “¿a qué horas?”. Entonces la música yo siento que es así, es un modo de sentirte y de cohabitar en algo. La música es el alimento del espíritu. Es algo que los mexicanos nunca hemos aprendido por la misma idiosincrasia; pagas por ir al médico, por unos tacos pero la música. la gente no está educada a pagarla. Yo creo que eso existe alrededor de todo el arte, que vas como en contra de. Yo creo que un artista no debe de tener moral, debe de tener un espectro más grande y una autocrítica y definirte por el sentido que dicta tu forma de ver y de sentir las cosas ¿no?



M: Ahora que hablas de El Final, que compusiste: en un amplio panorama, Cala, ¿más o menos qué porcentaje de las canciones que interpretan los Rostros Ocultos son de tu autoría?



C: Pues mira, yo te puedo decir, por ejemplo, que en las canciones que más han funcionado, que son como clásicos de los Rostros Ocultos yo he participado en ellas. En el último disco que hicimos que se llama 11:11, nada más compuse una canción que se llama Ven a mí. Tengo una forma más mellow de ver la situación y sobre todo me he alimentado mucho del desamor. Me identifico con un José Alfredo Jiménez, me identifico con una forma irrespetuosa de ver el amor.



M: Dices que has participado en la gran mayoría de las composiciones de los Rostros Ocultos. Ese tema en particular es algo que nos interesa mucho. El tema de la composición, el tema de cómo una persona de a pie, por llamarlo de alguna manera, logra alcanzar esa sensibilidad como para construir una serie de frases que una vez musicalizadas se vuelven del dominio casi popular, que llegan a ser muy conocidas y muy queridas. Como el caso precisamente de El Final, y de algunas otras canciones que en su tiempo fueron grandes hits de los Rostros Ocultos.



C: Yo creo que los Rostros, de alguna forma son parte del activo fijo de la generación de los 80’s que hizo música increíble y que se ha quedado representando a los latinos. Pero hay un Quisiera que estuvieras aquí, hay un Me siento mal, un Bailemos en la oscuridad, un Abre tu corazón, un Quiero más y muchas otras canciones. La mayoría de los discos que hemos hecho con los Rostros Ocultos han sido eclécticos, de alguna forma son pops pero es muy difícil como creador hacer una canción donde denomines primero qué género tienes o cómo la gente va a hablar de tu obra.



M: Dicen que mucho del arte tiene que ver con los críticos, que mucho del éxito o del fracaso de un artista depende de la publicidad que le hagan los medios.



C: Sinceramente no creo que tenga nada que ver. Además ¿qué jodido, no? Por ejemplo, fíjate, la mayoría de los ejecutivos de una compañía siempre son músicos frustrados. Entonces de repente, es como un papá que a través de su frustración crió a su hijo triunfador. De repente como hijo puedes cargar con los errores de tus papás pero no puedes vivir con eso, tienes que evolucionar.



M: ¿Cómo fue tu relación con tus padres?



C: Bien buena. Mis papás nunca me jodieron. Mi abuela era cantante española, se vino en tiempo de la revolución y de alguna forma eso me marcó a mí. La primer oportunidad que tuve me agarré de eso y lo hice, en el camina ya, obviamente, ha habido muchas cosas muy buenas.



M: Después de las primeras bandas que tuviste cuando estabas más joven, en ese inicio de la búsqueda, ¿cómo conociste a Arturo (Ybarra) y el resto de los integrantes de la banda?



C: Arturo tocaba en una banda con José Fors y con Andrés Franco, se llamaba Mask, hacían rock progresivo y nosotros éramos como vecinos todos de la colonia, fíjate, era Chapalita y Ciudad del Sol en Guadalajara; había bandas como Sombrero Verde, como Spiders, como Toncho Pilatos, como la Revolución que de alguna forma han mostrado lo que se ha hecho en el rock a nivel tapatío. Guadalajara siempre ha sido semillero de buenos músicos.



M: Sí, y de muchos artistas. Te pregunto, Cala, ¿qué necesita una canción para que cumpla con los requisitos de un hit?



C: Bueno, en el caso de El Final es una canción sencilla, yo siento que lo sencillo no tiene que estar peleado con la calidad. De alguna manera los artistas que no han estudiado tanto resultan mejores compositores porque no tienen tantos prejuicios, no tienen una fórmula que buscar sino que simplemente lo hacen. Y hasta la fecha se sigue repitiendo eso en el fenómeno rock and roll. Ahora la gente que consume rock pues obviamente son menores hasta de edad que ni siquiera los dejan entrar a los bares; los adultos que se meten en una fracción de tener familia, de tener que trabajar, que cumplir un fin en la sociedad pues obviamente ya cercenan un poco esa pasión por lo que es estar añadido de la música. La música es como, mal comparado, es como a los que son fanáticos de la religión, la música es alimento del espíritu, te alimenta. En momentos en que estás solo y dependiendo de lo que quieras hay tantas formas de buscar y sentirte vivo y una de ellas es la música ¿no?



M: Ahora, hubo un momento, que es a partir de los ochentas hasta ya avanzados los noventas donde los Rostros Ocultos fueron una gran banda que tuvo oportunidad de viajar por muchas partes, y que tuvo oportunidad de ser bastante escuchada en la radio y que, por decirlo de una forma, llegó muy lejos. A nivel personal ¿sientes meta cumplida en estos años?



C: Yo creo que nunca vas a llegar a ese punto. A mí me gusta trabajar con gente que tiene hambre, que tiene ojo de tigre y que tiene una necesidad de expresarse; no aquel que ya está estigmatizado o que busca nada más el dinero. Repetirte la fórmula está cabrón. De repente a mí me pasa que… hay grupos que ya tienen la fórmula y que han pasado aquí en México o en Guadalajara y que han sido muy exitosos. Repetir la fórmula es como ir a McDonalds y ver la hamburguesa en la foto y luego la compras y dices: “¡Puta, ya volví a caer! ¿no?”. Todos quieren ser un rock star pero cada quien tiene una razón diferente para serlo. Yo considero que la música debe de ir de lo particular a lo general. No puedes estar pensando en lo que la gente quiere. Yo podría componer… de hecho cuando tengo crisis hago música para mis amigos con dinero, les hago una canción o un corrido. Y puedo tener ese don de poderlo hacer. Pero cuando ya quieres proyectar algo de la nada eso está cabrón porque la musa nunca va a llegar, tienes que ponerte a trabajar ¿no? Es algo muy complejo pero a fin de cuentas es el camino que cada quien eligió.



M: Nosotros creemos, Cala, que los músicos como muchos otros artistas, pero en particular los músicos tienen que lidiar en su carrera con una serie de demonios personales. ¿Cuál es tu forma de lidiar con los tuyos?



C: Híjole, pues yo soy una persona que tiene la necesidad de estar conmigo mismo. Me gusta observar, tengo muchos lados, soy muy emocional y creo que durante mucho tiempo tuve el problema de que la gente que más quería, quería que hiciera lo que yo deseaba; entonces después aprendí que haciendo mi mejor esfuerzo por las cosas yo iba a estar tranquilo. Eso me ha llevado, egoístamente a estar un poco relegado en el aspecto familiar y me ha llevado a frenar ese desarrollo creativo por solucionar algo que sentía y que no sabía cómo evolucionaba. De alguna forma pues ya tengo 49 años y me siento conforme con lo que he hecho, creo que soy una buena persona, creo que la vida me ha llevado a darme cuenta de que he estado con gente increíble, que he trabajado con gente chingoncísima y de que en su momento no me daba cuenta de que pasaba ¿no? La primera vez que me llegó un cheque de El Final, por ejemplo, fue diez años después, que me acuerdo que eran como cien pesos. Por ejemplo, El Final es una de las 100 canciones clásicas en los últimos 20 años dentro del rock latino. Obviamente han pasado muchas cosas, ahora admiro a otra gente; ahorita, por ejemplo, me llama la atención lo que está haciendo Robi Draco Rosa. Hay muchas luchas. De repente cuando salió ese boom que tuvo Cuca y después salieron Nirvana y después Molotov con esa forma decir las cosas hiperrealista, con un lenguaje que todos siempre hemos utilizado; Fernando el de Maná sacaba canciones de… grababa puras mamadas… pero después te dabas cuenta de que también es un buen compositor. Dicen que un buen compositor no copia: roba, pero en realidad no es el caso. Pienso que de repente mucho tiempo crecimos con el celo de: “¿por qué tocas con el otro si tocas conmigo?” El día que conocí a Óscar López y me fui a Nueva York e hice el disco Huevos y Cajeta y toqué con Pino Paladino, con Benny Falcony como ingeniero y con muchos otros músicos de sesión te das cuenta que una buena melodía puede estar traspasando cualquier género musical. Entonces, a través del tiempo, hacer un género musical sería lo interesante como lo hizo Bob Marley, como lo hizo Pérez Prado, como lo hicieron muchos clásicos.



M: Tenemos la firme convicción en Meretrices de que el músico como llega a ser popular, como llega a alcanzar a una gran masa, tiene la facultad de masificarse, cosa que por ejemplo no tienen los pintores o los teatreros o los poetas. Llega un grado donde la misma carrera provoca que su material sea reproducido en la radio, que esté tocando aquí, que esté tocando allá; entonces puede alcanzar a llegarle a un gran grupo de gente. Un concierto por ejemplo de Rostros Ocultos, como el de celebración de 25 años en el teatro Diana había un lleno total. Son arriba de cinco mil personas. Entonces cinco músicos pueden llevar un mensaje a cinco mil personas. El músico tiene entonces el compromiso de transmitir.



C: Bueno, tú viéndolo desde afuera sientes ese compromiso. Pero cuando hicimos las canciones creo que realmente eran tiempos diferentes. Obviamente hay una diferencia que yo veía, por ejemplo Guadalajara tiene ahora una gran balacera de grupos que vienen muy buenos, grupos grandes. Y que la gente casi no va porque no puedes tener dinero para estar cada día en un show, ¿está cabrón eso, no? Entonces un segundo papel es a veces más difícil que un primer papel. Pero el mensaje va de lo particular a lo general. Un día le di raite a una chavita, me decía: “¿sabes qué?: odio tu canción de Quisiera que estuvieras aquí. Porque mi hermano la amaba y luego lo mataron, ahora cada vez que la escucho me da mensaje al revés”. Entonces, haz de cuenta, cada quien tiene una forma diferente de ver las cosas y eso es lo que importa ¿no? Ahora me voy más por el modo de que la música me diga más de que por la letra porque de alguna forma si yo tuviera la posición de ser líder social como político podría tener más fuerza en eso. Lo que sí puede tener al arte, como yo lo veo, puede decir una verdad intocable. De repente al tener una conversación contigo de repente te formas el porqué el río corre, entonces ya tengo ese poder, pero igual puede ser el poder de que también me maten o de decir cosas que no tengan que ver más que con transgredir. Mi mejor ejemplo es ser una persona que cuida mi entorno, que cuida lo que tengo alrededor, no puedo hacer por todos ese rollo. Me puedes decir en un momento dado a decir una cosa pero realmente mi vida diaria es otra.


M: Yo te afirmaba, Cala, y dentro de la afirmación hay una pregunta implícita, que el músico tiene un compromiso que se le puede transferir gracias a la posibilidad de ser masivo. Yo te pregunto, si la música, como decías, no es sexo y drogas, si la música no es sinónimo de drogas ¿qué es?



C: Bueno yo te decía hace rato que la música es alimento del espíritu, es una necesidad de expresarte a través de cosas… de repente a mí me encanta encontrarme a gente que los oyes hablar con tonos, les digo: “sabes qué tú tienes voz de cantante”. Y no se dan cuenta de eso. Hay gente que canta muy bien, hay poetas. Me encantó la composición de José Fors de la cara de pizza, me gusta la ambivalencia de las situaciones que expresaba Ceratti, por ejemplo, los Rostros Ocultos estuvieron en tres giras con ellos (con Soda Stereo), me ha tocado subirme a un escenario antes que Miguel Ríos, me sé historias de Bob Dylan, he estado produciendo con el guitarrista que le produjo el primer disco a Mick Jagger, pero falta ese sentido de poder expresar canciones donde la gente se identifique de una manera sencilla y que propongan algo lindo. Por ejemplo, se me hace un gran personaje Ugo Rodríguez de Azul Violeta, que aparte de buen cantante representa haber vivido a través de sus épocas. Pero siempre lo maravilloso y jodido del arte es que se identifica totalmente con la esencia del ser humano que particularmente creo que estamos mal hechos porque somos seres que cuando tenemos una cosa queremos la otra, somos depredadores, auto-depredadores, estamos al tope de la creación, pero bueno…



M: Esa frase latina de que el hombre es el lobo del hombre (Homo homini lupus). Algo que muchos se preguntaran, Cala, es ¿cómo lidiar con el éxito? ¿Cómo lidiar con ese monstruo que doblega la personalidad? Hay mucha gente que pierde el sentido de lo terrestre. ¿Cómo lidiar con la fama, el éxito, las luces siempre sobre de ti?



C: Decía Arturo (Ybarra), hay cosas que uno retoma, decía que la fama es una amante efímera porque son momentos. Es como ser rico, comparado con quién ¿no? Esa conciencia que tiene el ser humano de repente te lleva a hacer más o a estarte estático. Es como que el más rico no necesita tanto, a mí se me hace hasta grosero. Yo considero que hay un precio por lo que cada quien decide a través de su vida y que espacio-tiempo son limitados, que podemos contar ahorita de hasta dónde podemos llegar. Y en ese espacio el poder habitar humildemente que yo considero que es una virtud; yo siempre digo que nos vemos en la cola de las tortillas. Es como no creerme eso porque de repente es muy petulante y muy como que fuera de contexto de lo que uno busca. Yo de mi primer esposa admiro la decisión de saber que queríamos educar a nuestras hijas a través de la cultura no a través de que llegaran a tener un título porque obviamente puedes llegar a ser doctor a los 25 años, o músico o muchas cosas. Pero mientras menos prejuicios tengas mejor. El otro día estaba Larry King en su último programa, y le preguntaban… porque él había entrevistado a muchísima gente: presidentes, etc., nomás le faltó Bin Laden, y él decía que cómo es posible que a través de un prejuicio o de que dios dijo ir a matar a una bola cabrones, millones de gentes, o darles en la madre a quienes no tomaban la decisión de saber si eran homosexuales, ¿qué cosa? ¿no? Sólo porque tenían el poder. El poder en las manos de un pendejo pues es terrible. La ignorancia es el enemigo a vencer. Y no significa que si acaparas o apoquinas miles de millones de dólares y de riquezas cuando te mueras no vas a representar ser una mejor persona. Legar algo, dejar algo bueno, Somos seres que necesitamos muchas cosas y más porque tenemos la conciencia. Entonces de repente a lo que la gente llama darle en la madre a la naturaleza no es sino ir a tener más. Pero hay un punto al que estamos llegando todos los humanos en este globo terráqueo que es como ponerle clutch y decir: “¿qué estamos haciendo?”. Entonces tener la oportunidad de ser pobre, de ser rico, me voy del blanco al negro y todo lo que está en medio, es que puedas tener la oportunidad de coexistir con personas distintas que algo que la música te da, yo he estado con un bolero, un gobernador, un político o un artista bueno, te da el margen de tratar de decir una respuesta menos estúpida acerca de lo que nos pasa. Hay recursos finitos y hay recursos infinitos. Muchas veces la moral, que no es tangible, dicta la forma de coexistir. Por ejemplo, Estados Unidos tiene tantas reglas y dicen que no tiene cultura pero es un crisol de tantas culturas que tienes que legislar cosas ¿no? En la forma en que le das amor a la gente es la forma en que la gente reacciona. Si tú me pegas pues lo más coherente es que yo te demuestre mi amor haciendo las mismas cosas.



M: Sí, se dice que el conjunto de todas las enseñanzas son cíclicas.



C: Sí, todo es cíclico y espero que sea así hasta que se parta.



M: En la concepción de alguien que tuvo la fortuna de estar en el inicio del buen rock mexicano ¿cómo ves a la música hoy, en el 2011? ¿El rock para dónde va?



C: Mira, yo creo que el rock es incluyente; es una rama de la música. Yo aprendí de los músicos ingleses y de repente es muy curioso, haces un análisis y te das cuenta que no hay dj’s gringos, o casi no. Si tú eres un virtuoso y te ponen una máquina vas a decir: “¡qué chingados!”. Yo que estoy en medio, que soy cantante sigo aferrado a que una buena melodía y una buena letra hacen eso. Pero debes tener el momento-espacio en el que debes decir algo. Aquel que no tiene el concepto de que “a mí me enseñaron esto, y que esto tiene que ser así” creo que tiene más oportunidad de cambiar. Vivimos en un mundo muy cambiante donde todo está dado a través de los medios de comunicación. Hay gente intelectual que a través de cubrir una necesidad sin juzgar y de decir verdades que tengan que ver con el conocimiento de historia, de pintura, de letras, de temas científicos. La historia es para eso ¿no? Para ver el pasado y saber cómo estás aquí y darte cuenta de cómo puedes coaccionar el futuro de una manera más utópica. Estamos en un presente y no podemos hacer como que tan-tan-tan y ahí te ves. Tienes que tener un poco de todo y para estar equilibrado pues obviamente debes de tener amor, confianza, conocimientos, trabajo, y no abusar. Creo que es más sencillo ser una persona normal que tratar de repetir patrones negativos.



M: La música actual ¿la ves bien?



C: La música siempre va a evolucionar, en el aspecto de que cada quien tiene una forma particular. En los ingleses, que son para mí una escuela, hubo en los 80’s una línea qué seguir, que era el sonido. Yo te puedo explicar en un estudio qué es lo que me gusta, me gusta la tarola al mismo nivel que la voz, me gusta que se sienta fuerte pero hay muchas formas. Pero pregúntame de qué, si es de música tradicional mexicana pues ya no hay muchos iconos, de quien me encantaría aprender, por ejemplo sería Vicente Fernández, o ser segunda generación como Alejandro; si tú me dices sobre alguien de canto bien educado pues sería él. Pero es difícil que un rockero haga una cumbia. Dicen que los más particular tiene un valor más universal y es cierto. Me decía Pito, el que era mánager de Alaska hace muchísimos años, él tenía un club con ellos en no sé qué lugar en España, decía que, por ejemplo, escuchar a Los Tigres del Norte era como escuchar un western fantasioso. A mí en el cine me gusta mucho el hiperrealismo, me gusta Quentin Tarantino, un Pulp Fiction, un Transpotting, cosas que dicen que la realidad está más cabrona que la ficción.



M: Por ejemplo, ¿tú escuchas bandas nuevas?



C: Sí, cada semana compro diez discos, Casi todo me gusta. Tengo un amigo que me decía que no le gusta el mariachi pero porque un día encontró a sus papás peleándose y había un mariachi en medio. Yo me acuerdo de las bandas de antes, la banda vienen de Mazatlán y la banda original era estridente pero con mucho poder. Yo toco en muchas ferias entonces tocan a veces cinco bandas al mismo tiempo y yo no puedo tener una apreciación de esa chingadera. Ya los que componen música de banda… de repente estaba escuchando aquí un cabrón que estaba cantando para los sicarios y puras mamadas. Me dieron ganas de pararme porque si tú no tienes respeto de la vida humana… los humanos somos como una flor, o como un globo: te ponchan y te mueres. Entonces si no tienes el valor de degustar todo lo que representa esa humanidad maravillosa que tenemos todos los que coexistimos en este planeta pues a mí se me hace totalmente grotesco y trato de omitirlo. Lo que menos escucho es la banda aunque de hecho tengo una canción que grabé con banda en Los Ángeles. Pero, desde el nivel musical, si analizas por qué y qué implica tener quince músicos tocando y por qué se necesitan ocho clarinetes peleando contra una trompeta o dos y un trombón y una tuba y percusiones, es música con mucho ritmo y con un sentido bien chingón. O un tango o escuchar un violín romántico o escuchar la guitarra eléctrica o de repente escuchar a Bob Dylan con un folk o un Charly García. Espacio-tiempo cada música tiene un efecto bien particular ¿no? En los 80’s muchos hicimos canciones donde decías frases-sílabas que no llegaban a nada. Luego llego el tiempo del hiperrealismo con Molotov por ejemplo que te decían: “Chinga tu madre, puto, puto, puto”, y fue muy bienvenido y está muy bien. Pero yo creo que si Mozart hubiera vivido en los 80’s o ahorita en el 2011 hubiera sido rockero. He dicho (risas).


M: Estamos ya casi por terminar Cala, nos gustaría saber; tú tienes necesidades artísticas mucho más allá de la banda a la cual le debes agradecer el nivel de reconocimiento. ¿Qué tipo de necesidades artísticas personales debes atender?


C: Yo considero que como artista he pagado el precio para estar aquí. No creo en el artista que cree que va a llegar la musa o que tiene que estar pedo o pacheco para poder crear. No creo en eso. Creo que hay que trabajar y que hay que tener una disciplina y un conocimiento en causa de cosas. De una manera empírica no puedes vivir siempre. Se me hace magnífico el que las máquinas no logren esa inexactitud que tenemos los humanos. No creo en el artista con hambre, creo que los músicos están desprotegidos. Me encantaría también haber sido pintor y creo que faltan tres vidas para poder realizarme porque la vida está de poca madre.



M: ¿Alguna última impresión, Cala, que te gustaría compartir con los lectores de Meretrices?



C: Bueno, sí, tengo 19 años aquí en el área de la laguna; me estoy dando la oportunidad este año de lograr tres veces más de lo que he hecho en los últimos años y lo voy a hacer. Soy una persona que tengo la visión y lo hago. Es una tierra que merece todo mi respeto, yo quiero morir por aquí y considero que hay gente muy valiosa y que necesitamos más disciplina y más data para poder llegar a competir con gente que ha marcado algo en la historia; de todas maneras es algo que vamos a marcar pero sería mejor buscar la excelencia.



M: Pues muchas gracias Cala, ha sido un placer conversar esta noche contigo.



C: No, gracias a ti. Es nada más un poco de mis opiniones y que como cualquier persona a veces podemos cambiar de opinión.