24 marzo 2010

Entrevista a Alberto Ortiz
Meretrices (M): Estamos con Alberto Ortiz, uno de los pintores de la Ribera de Chapala, quien aparte de dedicarse a la producción plástica, a la pintura, también es un ávido estudioso de las artes y conocedor de la teoría y de la historia del arte. Alberto ¿cómo es que comienzas con este afán?

Alberto Ortiz (AO): Mira, a mí siempre me gustó mucho la pintura mexicana y siempre fui un admirador de los grandes pintores. Desde que yo estaba muy joven. Pero yo tenía mucho miedo. Alguien me decía: “¿por qué no pintas?”, no, yo solamente sé y conozco a los pintores. Tenía yo dieciocho años cuando conviví con Chávez Vega y con Gabriel Flores, que son, sobre todo Gabriel Flores, es una figura importante en la pintura mural, en la pintura expresiva de Jalisco; yo creo que después de Orozco, Gabriel Flores es un heredero de la tradición de Orozco. Siempre me ha gustado mucho la pintura. Una vez estaba yo con un pintor, me dijo: “ponte a pintar, yo te doy clases”, y empecé a estudiar pintura en la escuela de sordos. Mi amigo me entusiasmó, hice un cuadro que… hice una exposición en mi casa y ahí lo vendí. Dije, “ah, se pueden vender estas chingaderas” ah, bueno. Pero en el fondo, yo nunca he vivido de la pintura pero para mi es muy gratificante. Para mí ha sido primero el conocimiento de los pintores y después el convivir con muchos. Con algunos pintores me sentía muy gratificado, muy contento de conocerlos y entonces empecé a pintar.

M: ¿Cuántos años tiene ya que empezaste a pintar Alberto?

AO: Pues yo creo que unos quince. Aunque no daba realmente continuidad sino iniciaba y luego los pinceles se me llenaban de polvo. Ya tengo como tres años que digo más o menos.

M: Con mas producción.

AO: Con más producción y además con un proceso ya de más madurez como persona. No como pintor pero sí como persona. Entonces eso me da más estabilidad.

M: Alberto, respóndeme esto por favor: ¿para qué pintar?

AO: Mira, por ejemplo leí una vez, tenía yo diecisiete años y leí a un escritor portugués que se llama Eca do queirós; “los mayas” se llama la novela, y a mí me pareció fantástica, como para hacer cine. Empecé pero no puedo expresarme de esa manera. Hice un intento con eso, he hecho intentos con poesía y de alguna manera hago pero nomás el intento; y con la pintura como que he concluido un poco más. Me siento más, tengo menos miedo en hacerlo, tal vez me sienta seguro de lo que siento.

M: Hablando de lo que nos acabas de comentar hace un momento, Alberto. En tu concepción ¿qué es más importante, el autor o la obra? Por que nos hablas de conocer pintores y hay quienes juzgan más importante la obra que conocer al autor.

AO: Mira, yo creo que la obra. Definitivamente, la obra. Pero es bien importante quién hace esa obra. Yo conocí por ejemplo a pintores que son ahorita famosos, muy famosos; Ricardo Martínez, por ejemplo, que es un excelente pintor, es un gran maestro del color pero dicen que como persona era un cabron muy neurótico, muy enfermo, muy nervioso. Pasa mucho con los pintores: que como persona tienen algunos problemas de encontrarse. Tal vez se encuentran en su pintura, cuando hacen su obra y ya dicen que son ellos. Pero ya después en su cotidianidad son a veces muchas broncas, muchos problemas no resueltos, un chingo de miedos, un montón de problemas.

M: ¿Tú ya te encontraste?

AO: No sé si ya me encontré pero estoy en el intento, y al menos tengo conciencia de que estoy buscando. A lo mejor no estoy buscando nada, estoy tratando de ser, estoy tratando de ser yo solamente, mis pinches monos feos o los colores que uso eso a mí me ponen bien. A lo mejor es una terapia.

M: Técnicas y temas Alberto ¿cuáles prefieres?

AO: Mira, a mí me gusta el acrílico porque no seca rápido y como yo a veces lo que hago es de primer intento. En el caso del óleo yo he hecho por ejemplo algún dibujo, algún cuadro, algún intento de cuadro. Pero inicié con óleo y después tuve problemas. Me gusta, por ejemplo, usar algo de acrílico y luego después meterle óleo. O sea: Mixto.

M: Y tus temas… ¿has definido tus temas?

AO: Sí. Mis temas siempre son como… Es un poco difícil de definir porque cuando haces un cuadro te retratas, o sea, te estás haciendo un auto-retrato. Sabemos qué vamos a empezar pero no sabemos en qué va a terminar. Entonces el tema es realmente las mascaras que usamos los seres humanos, somos siempre con mascaras; tenemos un montón de mascaras y nos ponemos la máscara que vamos necesitando. Entonces a lo mejor mis cuadros tienen una máscara que veo en ese momento en que necesitaba para expresarme.

M: ¿Qué opinas de la pintura didáctica? ¿Tú tienes un mensaje qué transmitir? Y si es así ¿cuál es tu mensaje?

AO: Yo no sé si se haya, no sé si sea un mensaje que transmitir pero lo que sí, por ejemplo, en este momento que el arte está en una disyuntiva entre un expresionismo abstracto y el de señalar lo que está ocurriendo, enunciar; el artista se supone que tiene la capacidad y la libertad que se otorga él mismo para denunciar lo que está pasando. Hace cincuenta años, cien años que la pintura se ha colocado siempre como para enseñanza ¿no? Diego Ribera o Juan O´Gorman, que son muralistas, con la intención de enseñarnos algo. Pero vemos que no son los famosos que el famoso es el que pinto abstracto y que esta por la pintura europea cono Tamayo o como Carlos Mérida. Entonces yo creo que en este momento tenemos la opción, siempre tenemos la opción, de hacer algo para satisfacernos a nosotros, a nuestro ego tal vez, a nuestras fantasías, nuestros sueños; o hacer algo que denuncie lo que está pasando, así hagas poesía, hagas música. Siempre habrá la oportunidad de denunciar, de criticar y de proponer. Porque yo creo que ahí está el punto, cuando tú consideres que algo está mal tienes que tener una propuesta, es decir: están ocurriendo estas pendejadas, bueno, pues ¿qué propones para algún cambio? Debe de haber propuestas pero sociales. Siempre hubo en el arte mexicano revolucionarios, siempre hubo ese onda. Las broncas que se dieron entre Diego Ribera y Siqueiros, por ejemplo, Orozco o el Dr. Atl, que unos pues proponían un arte donde denuncian, un arte donde hay que denunciar la injusticia, ahí que denunciar las chingaderas que hacen en el gobierno o las chingaderas que hacen ahorita, por ejemplo, el narcotráfico, que está haciendo la delincuencia organizada. Esto puedes señalarlo o no, es una cosa opcional.

M: Esto que nos comentas, Alberto, no indicaría que el arte tiene que ser un vehículo de denuncia social; y si es o no es así, en tu concepción muy personal ¿cuál sería tu definición del arte y para qué debe de servir?

AO: Bueno el arte como una manifestación más de la expresión humana debe servir para liberar al que lo está haciendo. O sea, el primero que se debe de liberar es el que está pintando. Hay muchas cosas que necesitamos liberarnos, de los miedos internos, de los sueños frustrados, de las dependencias. Yo pienso que el arte debe ser revolucionario en sí, intrínsecamente es revolucionario y la revolución se inició en la época de las cavernas. Arte que se estanca, arte que es demasiado dogmático en su percepción de la vida, de la realidad y pues fracasa. Tenemos el caso del realismo socialista de la Unión Soviética o del arte que están haciendo ahorita los musulmanes ¿no?, que es un arte muy fundamentalista, muy ortodoxo, una percepción demasiado dogmática de la realidad. Yo creo que el artista debe de ser una persona… no tan rígido, es decir, blandito. Su percepción de las cosas, lo que puede ser. Y aceptar que lo que ayer decía pues sí, lo decía ayer, pero ya hoy es otra cosa porque cada instante es nuevo, cada segundo es nuevo. Una vez me encontré a Toño López Vega y le digo: “¿qué onda? ¿qué hay de nuevo? Me dijo: “todo”. ¿Qué hay de nuevo hoy?: “¡Todo es nuevo cabrón!” Los segundos, yo soy nuevo, todo es nuevo. Me pareció muy acertada esa expresión, y si esa expresión la llevas a tu trabajo es que está hablando de ti, hablando de tu manera de percibir.

M: Esta pregunta, Alberto, está estrechamente relacionada con eso que estamos hablando. En este siglo, socialmente hablando, ¿para qué necesitamos el arte?

AO: Bueno, en este momento, por ejemplo, la pintura frente a las computadoras y la pintura frente a la fotografía. El arte yo creo que va a servir para expresar emociones, para transmitir emociones. Mira, hay gentes muy buenas, técnicamente muy buenas que hacen las cosas muy lindas, entre comillas, pero ahí se queda. No transmiten cosas, es una manera de transmitir tu libertad, es una manera de expresar tu libertad, salir de tus propias cárceles ¿no? Nosotros construimos, yo creo que nosotros en la cotidianidad estamos construyendo nuestras propias prisiones, estamos todos los días con un pinche cincel haciendo nuestra prisión. Entonces el arte viene siendo como una manera en donde seas absolutamente libre, que estés en una especie de paraíso de la libertad y ahí tú expreses lo que quieras. El arte va a seguir existiendo aun con la crisis, aun con la necesidad de los cambios que se requieren. Porque si se aplica el mismo modelo otros mil años, el mismo modelo que existe hasta ahorita, ese modelo de la depredación de la naturaleza y de la depredación del hombre; el hombre se extingue, se acaban la nave, se acaban los recursos del planeta y el hombre se extingue, se acaba el proyecto humano. Entonces los cambios tienen que ser hacia la izquierda. Es decir, no deben de ser hacia la derecha porque hacia la derecha nos conduce a una nueva etapa de oscuridad, a otros mil años de oscurantismo y quién sabe a otros cuantos años más de estancamiento espiritual, estancamiento cultural y en todos los sentidos. Yo creo que en este momento estamos en una etapa como de un nuevo renacimiento, aunque sea un pleonasmo ¿no? Cuando salieron las cámaras de fotografías dijeron que el arte había muerto. Pues no, frente a eso surgían los impresionistas. Entonces ahorita frente a las computadoras, tiene que surgir algo que sea muy humano. La computadora es una máquina, y lo que el ser humano hace es otra cosa, poesía, teatro, cine, etc.

M: Si la formula que hemos estado usando durante este milenio de obscurantismo, como tú le llamas, no nos funciona ¿tú qué propones?

AO: Pues mira, yo creo que todo principio es la libertad. Es decir, la libertad significa primero la libertad interior, hacia tu persona, un hombre que está esperando morirse para ser, para conquistar la felicidad no es un hombre libre; o un hombre que tiene mucho miedo frente a lo que está ocurriendo, frente a la naturaleza, tampoco es libre. La libertad tiene que ver con el estado emocional y una libertad concreta real. Que hayas satisfecho tus necesidades básicas. Un hombre que no ha satisfecho sus necesidades básicas, no podemos estar hablando de un hombre libre. Entonces frente a este momento yo creo que es la libertad, hay que conquistarla, la libertad igual que la felicidad, igual que el amor, tienes que conquistarlo, no existe per ce, de por sí, tienes que, día a día, construir la felicidad, día a día construir la libertad. Yo creo que es por ahí. En este momento que se está dando, el capitalismo llegó a su máximo esplendor, a su máximo desarrollo y ya agotó todas las posibilidades de explotación del ser humano; ya no hay de otra más que regresar al modelo esclavista y no es por ahí. Es decir, la sociedad no se puede convertir en una sociedad esclavista. Esos son modelos económicos trasnochados, ya caducos, ahorita es la liberación. Yo creo que es la libertad y pues es un proceso. El hombre para descubrir la agricultura ocupó millones de años, entonces ahora para liberarse el hombre quizá ocupe miles de años. Estamos en ese proceso. Hay que darnos cuenta qué somos. El ser humano se está construyendo. No somos seres humanos acabados, todos los días nos construimos, nos mejoramos o nos empeoramos todo depende lo que tú elijas. Entonces yo siento que el arte tiene que ser para liberar al hombre y si, por ejemplo, haces opera, debe ser para liberar al hombre, no para someterlo a nuevas formas de esclavitud, a nuevas formas de explotación; para que sea libre, libre de prejuicios, libre de falsas morales, libre de demonios. Una de las cosas que más jode al ser humano son los pinches demonios, los demonios del miedo, del terror. El gobierno le está apostando a que la gente sienta terror, a que la gente sienta miedo, para que entonces pidamos que nos apoyen. Queremos un gobierno fuerte que permita acabar con la delincuencia y el miedo, la realidad es que no, se ocupa la democracia. La democracia no la hemos conquistado, cabrón. Se necesita conquistar la democracia pero no podemos hablar de democracia en un país de miserables. La pinche democracia en México no ha funcionado.

M: Cierto, por lo menos no esta democracia que nos venden.

AO: Bueno, es una democracia exitosa porque permite… por ejemplo, fíjate, cuando hablamos de Hugo Chávez (es un hombre que ha ganado seis selecciones) es un hombre que tiene el apoyo del sesenta por ciento de su población y la prensa lo sigue llamando tirano. ¿Por qué?, porque así son, el lenguaje está deformado, la prensa llama a las cosas por otro nombre, cabrón. Es como son, se deforma todo y entonces es un tirano. Chistoso ¿no?, es un tirano que tiene el apoyo de su pueblo. Otro tirano chistoso es Fidel Castro. Fidel Castro es el hombre que más ataques a tenido contra su vida, que a puesto en más riesgo su vida; y ahí está porque tiene el apoyo de su pueblo. La única manera de cambiar las cosas es con el pueblo, el pueblo va a cambiar las cosas cuando el pueblo esté harto de estos cabrones que se han apoderado del poder solamente para favorecer a unos cuantos. El pueblo es el único que puede acabar con eso, ni un artista, ni un revolucionario, ni un líder, no, no. Las revoluciones las hace el pueblo.

M: La suma de todos nosotros.

AO: Bueno, el concepto de pueblo tiene dos sentidos, uno el concepto político donde Calderón es pueblo y yo soy pueblo. Pero realmente Calderón no es pueblo. Calderón tiene el apoyo de los militares y mediante un fraude él se apodero, se robó la presidencia de la república y entonces él no es pueblo porque además su política neoliberal ha seguido el modelo que se inició en el 82. ¿Qué chistosa la democracia, no?, que tiene a un país bien rico en extrema pobreza, de rodillas, cabrón, y cada día más. La opción no es por ahí, la opción no es seguir sometiendo al hombre, que el hombre siga siendo el lobo del hombre. El hombre debe de ser las filosofías y los conceptos y los valores y todo lo que debe exponerse al servicio del hombre, no de un grupo social, no de una clase social, al servicio del hombre. Hay cosas muy concretas como la educación, la salud, el trabajo, eso.

M: ¿Quiénes son tus pintores favoritos?

AO: Ah, pues son muchos. Pero vamos a decir que en la primera etapa, cuando yo estaba chavo, mi pintor favorito era el Dr. Atl. Sentía mucha emoción cuando lo veía y me gustaba mucho. Ya después me fui dando cuenta que estábamos llenos de buenos pintores, en Jalisco. Después yo creo que Orozco Romero. Para mi es otro que me ha influido. Orozco ha influido desde a Colunga hasta El Chivo (Xilotl). Ahorita uno de mis pintores favoritos es El Chivo, Isidro Xilonzochil. Y pues hay muchísimos: Tamayo, Francisco Toledo.

M: Hacia donde te diriges, Alberto, con este ejercicio.

AO: Sabe. A veces pienso que no tenemos rumbo, que no debiéramos de tener rumbo sino simplemente tendríamos que ser, no tanto espiritualmente, porque yo así siento la vida. Cuando estaba joven pensaba que la vida tenía sentido, ahora me encuentro que no, que el sentido de la vida es el disfrute de la vida, el gozo, el estar viviendo todos los días bien chido y construyendo tu vida todos los días, hagas poesía, música o lo que hagas, es vivir el momento.

M: Disfrutas cuando estás pintando.

A: Sí, mucho.

M: A pesar de que has tenido, Alberto, un roce muy cercano con los pintores de Jalisco, sobre todo de tu generación, ¿cómo es que no te hemos visto en exposiciones?

AO: Mira, me dan mucha güeva las exposiciones. Porque yo siento… a veces, como soy muy anarquista, a veces siento que nomás les engordamos el caldo a los pinches políticos, que ellos a un costo mínimo hacen como que promueven la cultura. He estado, en los últimos tres años, he vendido algunos cuadros en Estados Unidos, tengo una invitación en el museo Alameda que está en san Antonio (Texas), para una exposición, pero por una cosa o por otra no he finiquitado, no me he puesto a trabajar. La realidad es que necesito más disciplina, más estar en el asunto.

M: Bueno, Alberto, desafortunadamente el tiempo se nos ha ido de las manos. ¿Será que veamos tu obra próximamente, en algún espacio?

AO: He expuesto en Guadalajara, aquí en algunas exposiciones en Jocotepec y en Ajijic, pero realmente en ese sentido soy un poco tímido. Yo he vendido cuadros sin firmar, me han mandado dinero para que fuera a firmarlo a Estados Unidos, porque se me había olvidado firmarlo. Espero seguir trabajando y hacer una exposición aquí localmente.

M: Bueno, agradecerte la oportunidad.

AO. No, gracias a ti. Es bueno saber cómo pensamos.








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