13 abril 2008

Sólo un sueño.

Ahí estaba ella, su figura delineada y bien presentable invitaba a la imaginación a compararla con aquellas modelos de pasarela de la moda, su pantalón azul deslavado de mezclilla combinaba perfectamente con su blusa verde pistache de manga larga, cuya forma de su cuello en V con perforaciones le daba gran realce a sus pechos firmes, sola con sus libros dentro de su bolso de escuela, esperando el autobús que la lleva a su centro de enseñanza, fresca, con aromas juveniles y maravillosos que llegan hasta la médula de los huesos y estremecen el más hondo placer.
---Cuando ella subió al autobús, me levanté de mi asiento y le pedí caballerosamente que se sentara junto a mí, ella con su habitual sonrisa accedió a mi invitación. Sus ojos esplendorosos, de ese color verde revolcado, con esa mirada tierna y sincera, fijaron su atención en mí. Di un tremendo suspiro, la vi y sonreí, ella asintió cortésmente. No supe qué decir los primeros minutos; ella perdía sus pensamientos a través de la ventana, viendo los paisajes que la naturaleza le brindaba.
---Por fin me atreví a dirigirle las primeras palabras del día, las primeras palabras… Me acuerdo y aún suspiro al recordarla… –“Anoche soñé contigo –sin esperar a que ella me interrumpiera proseguí mi relato–. Estabas sentada con Alma y Sonia, desayunando en la cafetería de la escuela, las tres estaban muy alegres y sus risas eran la envidia de todos ahí. De repente llegó Pablo “el muñeco” y quiso besarte a la fuerza. En eso llegué yo corriendo y lo aventé con mucho coraje. Él se levantó y me dio un golpe muy fuerte con el puño de su mano derecha, que hasta sentí que me iba a despertar –me sonreí un poco–. En eso caí a un lado de las sillas donde estaban sentadas ustedes y Pablo me pedía que me levantara y que peleara como los hombres, hasta me dijo marica. Yo, enfurecido me levanté y no sabía si correr o quedarme a enfrentarlo, al capitán del equipo de fútbol americano es difícil retarlo, pero al ver tus lágrimas me dio tanta rabia de él que corrí con todas mis fuerzas. Lo abracé y caímos, yo encima de él, oí que de su estomago salió un pujido muy fuerte y quedó desmayado. Todos se arrimaron a ver el escándalo, yo claro me levanté como héroe pero al ver tu rostro me afligí, sabía que había algo entre tú y él. De repente sentí la mano del Director de la Escuela quien me llevó a su oficina. En eso me desperté y quise seguir dormido para seguir soñando pero fue inútil, después ya no me pude dormir tratando de entender el sueño”. Suspiré y volteé hacia el frente del autobús, para ver dónde íbamos, ella sólo me regaló una sonrisa y siguió viendo el paisaje, las montañas verdes, llenas de arroyos por el temporal y tanta vegetación.
---A los dos minutos de terminar de contar mi sueño, ella me preguntó: –“¿crees en las casualidades? –yo no supe qué contestarle y sólo asentí con la cabeza de manera afirmativa, ella prosiguió– yo soñé lo mismo, pero en el sueño yo sentí miedo por ti, porque no te pasara nada, y quise agradecerte pero el Director ya había llegado, Sonia y Alma, me regañaron y me pidieron que lo más pronto posible te agradeciera, y también me desperté”–. Quedé enmudecido. No supe qué hacer, sentía gusto que me haya cruzado en su camino ese día y saber de esa coincidencia, se me dibujó una sonrisa en mi rostro y volteé a verla, ella hizo lo mismo, hasta noté que se sonrojó.
Al llegar a la escuela, ya estaba Raúl y Héctor, mis mejores amigos, nos saludamos y me despedí de ella, con una sonrisa y un hasta luego. Les dije a mis cuates: –tengo algo que platicarles–, y me fui caminando en medio de los dos rumbo al salón de clases. Ellos me escucharon atentos, íbamos a la mitad de la plática cuando el maestro llegó. –Terminando la clase les sigo platicando –dije. Durante la clase seguí pensando en ella, en todita ella, en el sueño, en ella.

---Mi mente no pudo hacer otra cosa ese día, bueno hasta la hora de salida, que rápido la busqué con la mirada y le pedí acompañarla, a lo que ella asintió. Con gusto le ayudé con sus libros. Íbamos en dirección del parque y le pregunté si tenía tiempo de tomar un helado. Caminamos rumbo a las bancas dentro del parque y no hablamos nada. Cuando estaba por terminarme el helado ella me dijo: –como es la vida ¿verdad?, tenía tiempo de verte, sabes, me gustaba mucho tu alegría y quería conocerte más, y ahora… ¿Sabes? Me gustas –yo estaba atónito no esperaba eso de ella. Rápido me terminé mi helado, la abracé y le dije que también ella me gustaba a mí desde hacía mucho tiempo. Sin pensar me brotaron lágrimas, ella me las secó y me dijo: –¿sabes?, me gustaría pasar más tiempo contigo –en ese momento la vi a los ojos y acerqué lentamente mis labios sobre los de ella, fue maravilloso, el tiempo quedó en pausa, el viento soplaba lentamente y los corazones palpitaban al unísono, fue maravilloso. A lo lejos escuche un timbre que sonaba, sonaba cada vez más cerca y más cerca, hasta que creí tenerlo en mi oreja. Tiré un manotazo y mi mano pegó en el buró. Abrí los ojos y todo estaba oscuro, refregué mis manos en mis ojos para despertarme mejor y vi en el despertador que seguía sonando. –¡Maldito! –Y de un manotazo lo arrojé al suelo–, sólo un sueño… Respiré profundamente –sólo un sueño-. Volví a recostarme y lloré.
Gabriel Chávez
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EL LAPSO...
Pasea por el campo, el cielo se nubla ante ella, ella sigue en un mundo lleno de ideas, delirios e ilusiones.
---Camina sin poner atención al ambiente, sin saber si ese es su ambiente. Asustada, inhibida, introvertida; dialoga con el cielo, se ríe con el aire, se acuesta sobre las nubes azuladas y se peina con el alma.
---Piensa en SÍ, descubre la esencia y juega entre la existencia y la nada; nada, nada hay, nada hace que salga de este sueño, pero es real.
--- ¿A dónde voy? –piensa–. ¿Cómo llegaré allá? Nunca complace a su ser, su ser nunca ha sentido vergüenza, su piel nunca deslumbró tanta belleza. Baila con las aves, ríe, salta y llora con los insectos, oye el silbido del viento !despierta del sueño! Ahora todo le parece igual. Se estresa, pregunta y pregunta por qué ha terminado, camina y camina buscando en su mente una respuesta.
---El aroma de las flores, el canto de las aves y el rayo de luz que atraviesa por su pupila, la confunden. Desearía estar segura de a dónde ir, se balancea entre lo real y lo ficticio, entre la oscura penumbra del abismo vital y la luminosa luz de la vida. Ella desearía saber la verdad y encontrar la congruencia, desearía descansar y pensar en qué piensa. Quisiera volver al lugar de partida, pero avanza, sufre, se estremece.
---Él, la ve y calla, ríe y llora, quisiera ser por un momento dueño de ese gran sueño. Quisiera llevarla a su mundo. Él corre por la pradera y vuela hacia las estrellas, camina por la luna y se arrodilla ante el divino. Mira al horizonte y se conmueve con el avioletado atardecer. Los árboles le parecen infinitas almas, las rocas le figuran bellas burbujas de las inmensas olas que azotan las costas de esta selvática ciudad, inmiscuida en el desierto de la nada.
---Él, ella, juegan sobre una tenue hebra que pende sobre el vacío de la existencia. Se columpian frente a su madre inmóvil y danzan al compás de los escapes. Juntos vuelan sobre las azoteas y galopan hacia la sierra. Vagan por los tiempos y se olvidan de los cuerpos. A él le gustaría ser refractario para sus ideas, cimiento de una teoría ajena a la realidad ordinaria, movimiento desenfrenado de un acto sexual, ritmo acompasado de una orquesta fugaz, verdad y mentira de ésta triste vida, sonrisa y agonía de su danza fúnebre.
---Juegan y corren, ríen y piensan, creen y se difuminan; se hunden en un bello peregrinar hacia la sinrazón, al allá de la melancolía celestial, los dos vuelven juntos a su hogar: la nada.
---Él la observa mientras camina al borde del precipicio, mientras ella lo ve caer al fondo del abismo de la angustia. Pero ella vuela de regreso a la deprimente realidad cuando él se atora en la paupérrima vida inerte, se funden en el vaivén de las horas, cuando el polen de las plantas eleva sus almas al espacio en donde comienza la magia de la existencia.Vuelan en una nave galáctica rumbo al paraíso de las almas en pena, seguidos por un puñado de figuras irreales, afrodisíacas piezas de un rompecabezas mental, deprimentes estaciones biológicas, deplorable esencia sanguinaria ¡detengan el vuelo! Volemos de nuevo.
---Corre por la calle, llueve y es invierno, es verano y las hojas caen al lago y no viene, va y vuelve, se mece entre telarañas y llantos, laberintos mentales, ideas banales. Viene y lo lleva, sigue entre el laberinto de los tiempos y vuelan sobre el infierno de la explotación de su madre. Se quedan y vuelven, de pronto es pero no es, tal vez son soñados como soñado es el que sueña, como el que crea a los que creen que crea, para que crezca la luna sobre sus hombros y el sol se oculte en las pupilas de ella, mientras deslinda las fuerzas para acercar a la angustia a sus átomos y rehagan esta noche turbia, llena de magia, encantos y estrellas fugases. Cuando se hunde en la sombra del monte que vio la muerte de este aspecto citadino, cotidiano que crece. Se va pero no se desvanece. De repente, se quedan varados, mecánicos con un pie y una mano desgarrados. Pero vienen, se llevan, corren hacia ese monte, vuelan como la blanca luz, luego hacen un fraude salvaje que se rebaja con una lluvia de esta primavera llena de risa y melancolía, en su casa, es un día mejor, despierta y va al fondo cotidiano de la vida.
---Susurros y colores, mentiras creídas, refranes siniestros que iluminan su mente, mientras la sinapsis se acelera, se detiene y desenfrena, crece y se hace pesada, abrumadora. Los sonidos, visiones del globo de juguete industrial retumban por la cóclea de sus cuerpos, mientras el líquido cefalorraquídeo se solidifica y cree que cae al abismo de la sinrazón, de donde saldrá victorioso, porque es alegre y le gusta el estado de estar en un estado en que los demás no están, en donde estar es lo único que existe, estando en ese estado.
---Se da cuenta, ríe y sigue conversando con el viento y éste, le escucha y calla ante su discurso.
Jorge Octavio García Pérez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

solo un sueño
no havia lei tantas palabras sin decir nada mejor le huvieras pues cantinfleando.
carese de sustancia no tiene ritmo , no tiene extaxis en fin no tiene nada.

Anónimo dijo...

Sólo una pesadilla
No había leido un comentario tan mal escrito, pero coincido totalmente.
Pinche Mario, ¿por qué publicas esos textos tan rancheros?, bueno, su luchita le hacen.