17 febrero 2008



“El Tigre”, “Una Pequeña Niña Perdida” Y “El País De Los Sueños”
del oscuro William Blake.


Songs of Experience, quizá la más controvertida colección de poemas de William Blake (Londres, Inglaterra 1757-1827) fue publicado en 1794, formando la segunda parte del trabajo del poeta titulado “Songs of Innocence and of Experience” que pretendía reflejar, a través de la lírica, dos lados opuestos en la visión que tenía Blake del ser humano.
En él, se encuentran dos poemas que delataban la continua ruta que el inglés tenía trazada hacia el infierno. Pero no cualquier tipo de infierno, sino uno místico que es llevado en el interior de todos los hombres y que, al final de su obra, dio a entender que no era otro sino nuestro desconocimiento a los motivos y causas de Dios.
The Tyger (junto a The Lamb el poema más conocido del autor) y The Little Girl Lost son dos cantos reclamos al creador. El primero, indicado como una serie de preguntas directas al animal, en las que protesta el porqué Dios creó al tigre como una especie de agente de mal. Y así, al tigre simboliza a todo el mal y su coexistencia con las cosas bondadosas que el supremo nos otorgó.
The Little Girl Lost utiliza la alusión del amor y su pérdida constante frente a los vicios del hombre organizado en sociedad, comúnmente llamados valores morales. El Amor, alimento tan simple, es expuesto por Blake como un pecado capital para el padre de la incipiente amante.
El tercer poema elegido, The Land of Dreams, aparece en The Pickering Manuscript, y es, a su vez, la oferta que resulta de la mente de William Blake, la esperanza a los obstáculos y los errores que había descubierto en su religiosidad prematura.


EL TIGRE
.
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¡Tigre! ¡Tigre! luz llameante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué distantes abismos, en qué cielos,
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse? ¿Y que mano
Osó tomar ese fuego?
¿Y que hombro y qué arte,
Torció fibras de tu pecho?
Y al comenzar a latir tu corazón
¿Qué mano terrible o pie?
Cuando los astros lanzaron sus venablos,
Y cubrieron sús lágrimas los cielos,
¿Sonrió al contemplar su obra?
¿Aquel que te creó, creó al Cordero?
¡Tigre! ¡Tigre! luz llameante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Osó idear tu terrible simetría?
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UNA PEQUEÑA NIÑA PERDIDA
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Niños de una edad futura,
Al leer esta página indignada,
Sabed que en un tiempo pasado,
¡Al Amor, al dulce Amor, se le creyó un crimen!
En la Edad del Oro


Libres del frío del invierno,
Joven y doncella, brillantesa la luz sagrada,
Se deleitan desnudos bajo los rayos del sol.
Una vez, una joven pareja,
Llena de tierno cuidado,
Se encontró en jardín claro
Del que la sagrada luz
Recién había quitado las cortinas de la noche.

Allí, en el día naciente,
Sobre el pasto jugaron;
Los padres estaban lejos,
Los extraños no se acercaban,
Y la doncella pronto olvidó su temor.

Cansados con los dulces besos,
Acordaron reunirse
Cuando el silencioso sueño
Se mece en las profundidades del cielo,
Y los cansados viajeros lloran.

A su padre de blancas sienes
Volvió la clara doncella;
Pero él con su mirada amante,
Como el libro santo,
Estremeció sus delicados miembros con terror.

'¡Ona! ¡pálida y débil!
Habla a tu padre:
¡Oh! el miedo tembloroso
¡Oh! ¡la triste inquietud
Que agita las flores de mi cabello cano!
.
.
EL PAIS DE LOS SUEÑOS
.
.
¡Despierta, despierta, mi pequeño!
Tú eras la única alegría de tu madre;
¿Por qué lloras en tu sueño tranquilo?
¡Despierta! Tu padre te protege.

'Oh, ¿que tierra es la Tierra de los Sueños?
¿Cuáles son sus montañas, y cuáles sus ríos?
¡Oh padre! Allí vi a mi madre,
Entre los lirios junto a las bellas aguas.

'Entre los corderos, vestida de blanco,
Caminaba con su Thomas en dulce deleite.
Lloré de alegría, como una paloma me lamento;
¡Oh! ¿Cuándo volveré allí?

Querido hijo, también yo junto a ríos placenteros
He caminado la noche entera en la Tierra de los Sueños;
Pero por serenas y cálidas que fuesen las anchas aguas,
No pude llegar hasta la otra orilla.

'¡Padre, oh padre! ¿Qué hacemos aquí
En esta tierra de incredulidad y temor?
La Tierra de los Sueños es mucho mejor, allá lejos,
Por sobre la luz del lucero del alba

Javier Manuel Urrieta

1 comentario:

Arturo García dijo...

Si el finado Blake se levantara de ultratumba, se volvía a morir con las faltas de ortografía en la traducción de sus poemas, en especial de El Tigre, que por cierto, le cambiarron también de "Tiger" a "Tyger," a menos que el autor lo haya hecho a propósito. El tribúto es bueno, didáctico y directo.
AG

En cuanto al