10 marzo 2008

MÉXICO DE FÁBULA
EL POPOCATÉPETL




Como comentaba en el número 10 de Meretrices, uno de los encantos más atractivos de México son sus viejas historias y leyendas. De entre ellas hay una en particular que me gusta por su simbolismo y que hoy me gustaría compartirla con ustedes a pesar de que, como he mencionado antes, México ya es considerado como uno de los países infectados por la modernidad. Yo creo que no se puede olvidar lo maravilloso que fue en su antigüedad. Su pasado dramático es como un espíritu que no se ve, pero que se siente. Es algo que nos recuerda lo pequeño que es el hombre, su trabajo y en enfrentamiento lo eterno que son el tiempo y la naturaleza.
----Este tipo de fuerzas se sienten, más que en ninguna otra parte en presencia de los volcanes, Popocatépetl e Ixtlacíhuatl. En la actualidad llegan hasta su falda campos bien cultivados, kilómetros de maguey y rosales que se ocultan bajo los interminables invernaderos. Fueron precisamente los mexicas quienes nombraron a la legendaria pareja de volcanes que se observan desde el sur de la capital del país. Ellos siempre creyeron que nuestros cerros y montañas son seres vivos que sufren, aman, odian, tienen un pasado histórico que hasta hoy se sigue manifestando.
----En el valle abajo, hay pueblecitos aún habitados por indígenas, haciendas conservadas y sobre todo mucho ganado. El aire es ligero y fresco, el cielo es azul y sobre todo, hay mucho misterio. El misterio de los siglos pasados que se siente ante los dos volcanes siempre cubiertos de nieve. El Popocatépetl más alto que el Ixtlacíhuatl, que se asemeja a una mujer muerta, envuelta en un manto de nieve. Duerme siempre con las manos cruzadas sobre el pecho.
----Popocatépetl deriva su nombre del náhuatl popoa que significa “humo” y de la terminación tepetl, “cerro”, que juntos forman “El Cerro que humea”, debido a que en aquellos tiempos se veía esa ligera fumarola que hasta hace un par de años veíamos con cierta tranquilidad.
----Ixtacíhuatl viene de los vocablos ixtac, “blanco” y cíhuatl “mujer”, que juntos quieren decir “Mujer blanca”, aunque ya se conoce con el nombre popular de “La Mujer dormida”.

La Leyenda del Popocatépetl y el Ixtlacíhuatl

Hace muchos soles, cuando el reino azteca dominaba el Valle de México y los otros pueblos les rendían tributo, el cacique de Tlaxcala decidió pelear por la libertad de su gente y empezó una terrible guerra entre aztecas y tlaxcaltecas.
----La bella princesa Ixtacíhuatl, hija del cacique de Tlaxcala, se había enamorado de un joven llamado Popocatépetl, uno de los principales guerreros del pueblo de Tlaxcala. Ambos se profesaron un amor inmenso, por lo que antes de ir a la guerra, el joven pidió al padre de la princesa su mano si regresaba victorioso. El cacique tlaxcalteca aceptó el trato, prometiendo recibirlo con el mayor de los festines y el lecho de su amor.
----El joven guerrero se preparó con hombres y armas, y partió a la guerra después de saber que la princesa lo esperaría para casarse con él. Al poco tiempo, un rival de Popocatépetl inventó que éste había muerto en combate. Cuando princesa se enteró lloró amargamente su muerte y después ella murió de tristeza.
----Pero Popocatépetl venció y regresó triunfante a su pueblo. Cuando llegó, recibió la terrible noticia de que la princesa había muerto. De nada le servían la riqueza y poderío ganados sin su amor.
----Entonces, para honrar su memoria y la de su pueblo, Popocatépetl ordenó que 20,000 esclavos construyeran una gran tumba ante el Sol, amontonando diez cerros para formar una gigantesca montaña.
----Desconsolado, tomó el cadáver de Ixtacíhuatl y lo cargó hasta depositarlo recostado en su cima, que poco a poco fue tomando la forma de una mujer dormida. El joven le dio un beso póstumo, tomó una antorcha humeante y se arrodilló en otra montaña frente a su amada, velando su sueño eterno. La nieve cubrió sus cuerpos y los dos se convirtieron, lenta e irremediablemente, en volcanes.
----Desde entonces permanecen juntos y silenciosos Ixtacíhuatl y Popocatépetl, quien a veces se acuerda del amor y de su amada; entonces su corazón, que guarda el fuego de la pasión eterna, tiembla y su antorcha echa un humo tristísimo…
----El cobarde tlaxcalteca que mintió a Ixtacíhuatl sobre la muerte de Popocatépetl, murió cerca de su tierra. Él también se convirtió en una montaña, el Pico de Orizaba y se cubrió de nieve. Lo nombraron Citlaltépetl, o "Cerro de la estrella" y desde allá lejos vigila el sueño eterno de los dos amantes a quienes ya jamás podrá separar.
----Durante muchos años y hasta poco antes de la Conquista, las doncellas muertas por amores desdichados eran sepultadas en las faldas del Ixtacíhuatl.
Ixtlayolotzin

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