28 octubre 2008

Editorial

Hay quienes creen que lo que vemos a diario en los noticieros, esas desgracias continuas, esa suma de tragedia más tragedia, no son más que señales del final de los tiempos; que todos los mensajes que abundan en el internet denunciando extraterrestres con carpetas amarillas en la casa blanca portando las fechas exactas para la destrucción del sistema solar y todos esos supuestos seres extra dimensionales atrapados en el centro de la tierra que nos avisan de nuestro propio holocausto son los síntomas del fin de la era cristiana. Sin embargo, deberíamos tomar en cuenta, tan sólo como un salvoconducto del sentido común, la opinión de los estudiosos de la lengua.

Los lingüistas proponen que la palabra está formada por dos planos que conviven al mismo tiempo; el plano del significado más el plano del significante, es decir, que no se realiza totalmente si no contiene la parte física más lo que ésta misma significa. Forma más contenido, para llamarlo de otra manera. Todo puede variar dependiendo de el cómo vemos el vaso, medio bueno o medio malo.

Este mes de octubre dedicamos, por muchas razones, al cómo somos capaces de percibir una sola y única cosa de muchas maneras distintas determinadas siempre por la cantidad y la calidad de información que tengamos almacenada y al alcance de nosotros en ese preciso momento. Uno de los rasgos más importantes para el buen funcionamiento de este proceso de percepción es nada menos que la capacidad de análisis; esa tan mencionada y supuestamente olvidada capacidad de analizar lo que a nuestras manos llega. Y para precisar esta capacidad de análisis, por lo menos en su forma más salvaje y rupestre, necesitamos llenarnos de una amplia cultura pues la diversidad nos acerca a un más certero elegir. Es decir, mientras más cosas tengan que ordenarse en los anaqueles de la cabeza se tiene, por fuerza y por razones de economía de espacio, que ir depurando la información y esto se traduce siempre en análisis de lo ordenado. Como para ordenar debemos clasificar los conceptos dependiendo de alguno de sus detalles al hacerlo vamos automáticamente analizando. No es lo mismo, por ejemplo, tener una sola mariposa que tener todas las especies de ellas más todas las de los escarabajos y las de los blátidos, esto nos permitiría analizar más concienzudamente a los insectos hasta volvernos en declarados conocedores en la materia.

Entonces, y partiendo de estas simples premisas, tenemos que la debida interpretación de las noticias de las diez se logra adquiriendo una capacidad de análisis suficiente que nos permita no digerir la información tal y como viene sino que la podamos espaciar con los debidos condimentos de nuestra propia cosecha, y esta capacidad de análisis se logra ordenando una cantidad suficiente de información, también conocida como cultura general; y aún más, para lograrlo se debe de aprender lo más que se pueda y una muy buena manera de hacerlo es a través de los libros.

Ya ven, entonces leer es bueno, otro punto a favor de la lectura. Bueno, en Meretrices seguimos promoviendo los buenos hábitos de la lectura. Bienvenido al número 21 de Meretrices. Espero que nos sigamos leyendo.

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