11 enero 2008

CHÁVEZ DESPIDE SU AÑO.


No es tan malo tener como presidente a un cretino, muchos han logrado llegar a la máxima magistratura de un país gracias al voto “inocente” y desesperado de sus pueblos, ejemplos sobran en este canceroso continente, tienen la dicha de ser admirados, poco importa si a la corta o la larga son asesinos. ¡Ojo! Esas porquerías fueron elegidas por la voluntad popular y esa voluntad es indiscutible. Cretinos esféricos y luminosos nos sobran actualmente, Evo, Ortega, Kirchner (man and woman), Correa y un Lula menos iluminado. Por suerte no cayó en el jamo la india María de Guatemala, ella no pudo convencer con su Nobel, ni con la plata que sale de los pozos venezolanos. Al parecer, la cultura Maya conserva aquella inteligencia ancestral demostrada en el Popol Vuh o su exacto calendario. Sin embargo, la máxima representación del “perfecto idiota latinoamericano”, un mestizo nacido en Venezuela y de nombre Hugo Chávez, pretende condenar a todo un continente con sus deficiencias mentales. Al parecer, este imbécil con banda presidencial, piensa, o no piensa, porque ningún anormal tiene capacidad para pensar. Este subnormal intenta presentar ante el mundo a unos latinoamericanos con la misma mediocridad mental o insuficiencia que él padece. No le han bastado todas las payasadas cometidas durante este año que termina y se ha empeñado en cerrar el ciclo con broche de oro.
Se le ha ocurrido la brillante idea de montar toda una obra de teatro alrededor de la liberación de tres secuestrados, que por supuesto, sólo representan una centésima parte de las personas que mantienen en criminal e injusto cautiverio, una banda de asesinos narcotraficantes implacables identificados como FARC. Lo peor del caso no es la comedia montada alrededor de toda esa “fantástica” liberación, donde se asumen exageradas medidas de seguridad. Un coro de payasos internacionales nietos de Cicirros, Filemones y Estúpidos, donde sobresale el más destacado payaso de este hemisferio de apellido Chávez, intenta venderle al mundo durante esas aburridas maniobras políticas y publicitarias, una imagen humanitaria inexistente por parte de esos despiadados delincuentes internacionales. No sólo eso, intenta el mayor estúpido, y mayor expreso por su poder económico, considerar que todo el continente se encuentra habitado por energúmenos de su talla.
Maniobras más importantes que la simple liberación de tres reos, se llevaron a efecto sin tantas pantomimas de mal gusto. No eran necesarias tantas horas gastadas frente a una pantalla, ni hablar tanta mierda para liberar a tres simples personas. No era imprescindible movilizar a todos esos payasos que forman parte de ese circo internacional que hoy mantiene con el dinero extraído de los pozos venezolanos. No eran necesarias la asistencia de tantos aviones o helicópteros de las fuerzas armadas venezolanas, pintados con urgencia con los emblemas de la cruz roja, ya esos trucos los conocemos en Cuba. No era imprescindible la presencia de ninguna figura internacional, menos la de un payaso argentino con el nombre de Kirchner.
Indudablemente y aunque un cretino de la talla de Hugo Chávez no lo comprenda, los que carecemos de inteligencia, podemos percatarnos de toda esa maniobra política desarrollada tratando de superar la impopularidad adquirida durante los últimos meses de su mandato. Impopularidad ganada con todos sus desaciertos y monerías impropias de un mandatario.
Si de verdad hubiera existido buena voluntad para liberar a esos secuestrados, todo se realizaría sin necesidad de acudir a las herramientas propagandistas utilizadas por el más vulgar y pobre de todos los políticos en un acto de desesperación. Hugo Chávez finaliza el año con otra de sus repulsivas bufonadas, aplaudidas por carneros que se inclinan vergonzosamente ante el pasto que les ofrece, sin pensar que con sus serviles actitudes, inclinan también la cerviz moral de sus pueblos.
La tragedia sufrida por el pueblo colombiano se encuentra estrechamente vinculada a la historia del pueblo cubano. Desde nuestra isla se exportó muy temprano esas toneladas de odio que han sabido enlutar ese país hermano, los vínculos inmorales entre esa mal llamada “revolución” y los narcotraficantes colombianos, han sido un romance pronto a celebrar sus bodas de oro. Hoy, cuando el fracaso de esa absurda y destructiva ideología ha sido demostrada con la caída de varios gobiernos que sumieron en la miseria a millones de seres, surge un idiota fosforescente en Latinoamérica con poder económico y vínculos con esa red de narcotraficantes, capaz de atraer a millones de seres y personalidades del mundo, dispuestos a conducir a sus pueblos, como si fueran manadas de corderos a la misma trampa, sólo que bautizada como socialismo del siglo XI. Como si los idealistas y fundadores de esa ideología la vincularan alguna vez con la droga.
Hugo Chávez despide su año con una payasada mayor, trata de superar el bache político sufrido en su tierra con el último referéndum. Y lo peor no es eso, arrastra a gobernantes que como prostitutas venden poco a poco su independencia. Utiliza como ardid aquella idea del libertador Bolívar, pero aquellas batallas nunca se libraron traficando drogas y menos, enviando maletines de dólares a otros países para comprar voluntades. Cierra el año de la misma manera que comenzó todos sus mandatos, timando a su gente, engañando al mundo, hundiendo a millones de gente en la miseria como hizo su profesor. Y lo peor, existen imbéciles más perfectos que Hugo Chávez, suman millones los que creen a este idiota y lo aplauden. ¡Qué lástima!



Esteban Casañas Lostal.
Montreal, Canadá.
30-12-2007

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